Fundada en 1890, es una de las ocho bodegas centenarias de La Rioja que ha contribuido al desarrollo y evolución de la región; allá por 1925 impulsaron la creación de la Denominación de Origen Rioja, fue ron pioneros en exportar a América, en abandonar la elaboración de vino a granel, en certificar el control por añadas y un sinfín de hitos más que se reflejan tanto en su crecimiento como en la calidad de sus vinos. El carácter inquieto e innovador de esta bodega, dirigida en la actualidad por Santiago Frías –quinta generación de la familia propietaria– los impulsa a embarcarse constantemente en proyectos que miran al futuro. Desde la creación en 2019 de la Escuela de Viticultores, espacio de reflexión y debate que pone valor el papel decisivo del trabajo de los viticultores en la calidad final del vino, a la obtención en 2022 de la prestigiosa certificación Wineries for Climate Protection expedida por la Federación Española del Vino para aquellas bodegas que garantizan la sostenibilidad en sus procedimientos.
Espacios singulares
Con el fin de acercar sus logros y su historia a todo aquel que quiera conocerla, han creado distintos y singulares espacios en sus instalaciones. En la Sala de Sensaciones del Vino, plantean un recorrido interactivo donde la última nove dad es el audiovisual denominado Los Sonidos del Vino, que permite descubrir la variedad de matices sonoros que encierra el mundo de la enología. Además, han habilitado otra zona donde reposan botellas históricas desde 1888 hasta 2011 acompañados del hito cultural, social, político o deportivo más relevante acontecido en cada año. Pero quizá lo más singular ha sido la rehabilitación de un antiguo depósito de hormigón original de los años 40, en cuyo interior se imparten catas de sus vinos más selectos y emblemáticos.
Nuevas elaboraciones
Pero los espacios innovadores no son sólo para el visitante, sino también para el equipo técnico, pues acaban de inaugurar La Galería con el fin de elaborar vinos de sus viñedos más especiales buscando la expresión más pura de cada terruño. Mientras se desarrollan las etiquetas que saldrán de este espacio, el enólogo Emi lio Sojo y su equipo aprovechan los resultados del protocolo de zonificación parcelaria que iniciaron en 2018 con el objetivo de optimizar la calidad de la uva y comenzar a desarrollar desde el propio viñedo la diferenciación de cada vino. Para este nuevo Monte Real Cepas Viejas eligieron dos parcelas plantadas a finales de los 70, por su capacidad para ofrecer frescura, fruta y la máxima expresividad de la tempranillo. Este vino es, en sus propias palabras “un homenaje a nuestros viticultores más sabios, materializando nuestra admiración al trabajo de varias generaciones”.