La región vinícola del Valle del Ródano discurre alrededor de los 200 km que atraviesa el río desde Vienne hasta Aviñón creando un espectacular paisaje donde se suceden colinas de laderas escarpadas y verdes llanuras repletas de viñedos. La variedad de estas tierras se refleja en su Denominación de Origen –AOC en francés– Côtes-du-Rhône, y en las 73.000 ha de viñedos que contiene. Además de las decenas de orígenes que pueden aparecer en sus etiquetas, dos grandes áreas están marcadas por el tipo de suelo y el clima; el norte y el sur. En esta última, un clima típicamente mediterráneo y la presencia del famoso viento del sur, el mistral, determina la personalidad de sus famosos vinos; mientras que la zona norte se caracteriza por suelos graníticos y laderas muy estrechas con mayor número de precipitaciones anuales. Y fue precisamente aquí, en Tain l’Hermitage, donde Jean Örens Ferraton fundó en 1946 la bodega Domaine Ferraton Père & Fils.
Tradición septentrional
Desde 1948 esta bodega del norte del Ródano elabora bajo AOCs emblemáticas de la zona como Saint Joseph o Crozes-Hermitage, pero el giro en la historia vitivinícola de Ferraton sucedió en 2006 cuando fue adquirida por Michel Chapoutier, amigo personal de la familia Ferraton y vinculado, en cierta manera, al proyecto, desde el año 1998 cuando tomó las riendas de la bodega el hijo de Jean Örens, Michel Ferraton. La continuidad en la personalidad de sus vinos está garantizada por la familia Chapoutier –dueña en la actualidad del 100% de la bodega– y del enólogo Damien Brisset, director técnico desde 2005. Cuentan con 27 ha de viñedo donde cultivan las variedades propias de estas tierras; las blancas clairette, garna cha blanca, marsanne, rousanne, vermentino y viognier y las tintas cinsault, garnacha tinta y syrah. Pero además han ampliado su zona de elaboración adquiriendo viñedos en el sur, en concreto 10 ha de garnacha tinta cerca de Orange, donde también elaboran vinos de pago Châteauneuf-du-Pape procedentes de viñas de más de 30 años de edad en suelos de canto rodado.
Apuesta meridional
Este vino, según sus propias palabras, “simboliza la puerta de entra da al sur del Ródano, donde la uva es más caprichosa y sensible”. Con la idea de elaborar un gran vino que reflejara el carácter de las tierras meridionales, eligieron viñedos localizados entre Châteauneuf-du Pape y Montélimar, combinando un 75% de garnacha tinta que le otorga su potencia frutal con un 25% de syrah para lograr finura y elegancia. La fermentación se llevó a cabo en depósitos de hormigón con maceraciones de 4 a 5 semanas, mientras que para la crianza –9 meses– se optó por un 50% en hormigón y un 50% en barrica de roble. El resultado es un vino sabroso y equilibrado que en condiciones óptimas se puede guardar hasta 2032.