DO España
La Rioja
Autor: Ismael Díaz Yubero
Fecha Publicación Revista: 01 de septiembre de 2015
Fecha Publicación Web: 22 de agosto de 2017

Leza, Cidacos, Iregua, Najerilla, Alhama, Tirón y Oja, forman Los Siete Valles, que se han calificado como Marca Colectiva, para identificar producciones no acogidas a otras distinciones. Los valles son recorridos por los ríos que les dan nombre, que discurren por llanuras o descienden desde las montañas hasta su desembocadura.
El viñedo es la producción principal pero hay más, porque la ribera del Ebro es pródiga en hortalizas de alta gama, como los espárragos y las alcachofas, los frutales abundan en explotaciones dispersas, el olivar recuperara espacios perdidos y la ganadería, en sus diferentes facetas, tanto extensiva como de alta productividad, permiten disponer de excelentes carnes y chacinas.
Recorrer La Rioja, sin calendario ni rumbo prefijado, es un placer extraordinario, por la hospitalidad de sus gentes y por las sorpresas monumentales, paisajísticas y gastronómicas que se reciben, porque en cada rincón hay algún producto típico, por su calidad y muchas veces por su exclusividad, que además se puede degustar en un escenario único, en una bodega -muchas veces muy pequeña- en la que ofrecen, además del vino y de las chuletillas al sarmiento, productos de estación que según la comarca puede ser una trucha, unas habas tiernas, unas torrijas o unos espárragos, que llegan a la mesa rezumando minúsculas gotas de agua, que denuncian su recolección reciente.
En torno al vino gira la vida de las localidades productoras, pero también de la capital en donde se siguen las evoluciones climáticas, las vicisitudes de la cosecha, cómo va la exportación, la evolución de los precios de los vinos y los previstos para las uvas, por supuesto se sabe el momento en el que se va a empezar a vendimiar y la incidencia que va a tener en la economía. El vino de Rioja es el más característico de los españoles de mesa y a su alrededor giran las demás Denominaciones de Origen.
Se lo merece, porque es el más prestigiado en el mercado internacional por su calidad, aunque no siempre fue así, porque hasta hace dos siglos, cuando Manuel Quintano decidió modernizar la viticultura y la enología de la región, Rioja contaba muy poco en el mercado español y mucho menos en el internacional, pero a partir de entonces la apreciación de estos vinos ha sido creciente, hasta el punto de que ya no extraña que entre los vinos 100, que publica Wine Spectator, revista líder por la influencia de Parker, puedan encontrarse varios vinos riojanos.
Los vinos de las grandes bodegas centenarias como CVNE, Muga, López Heredia o Rioja Alta y algunas más pequeñas que se han ganado un gran prestigio, como Eguren, han tenido continuadores prestigiados como Marqués de Cáceres o Campo Viejo, algunas modernas como Roda, que en apenas veinticinco años ha alcanzado un nivel impresionante, -Pujanza o Valenciso- y una que ha nacido en este siglo, de la unión de Vega Sicilia y Rothschild, productor del mítico Château Lafitte, que ha venido a La Rioja atraído por sus posibilidades, son un ejemplo de la excelente y variada oferta riojana.
La DOCa, formada por tres subzonas -Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa-, que se extienden por buena parte de La Rioja, por la comarca alavesa, se asoma a Navarra y tiene un enclave en la provincia de Burgos, en una finca que fue propiedad de la orden del Cister, en donde históricamente se ha cultivado la viña y hecho vinos. Las variedades tintas de uva son la tempranillo, garnacha, graciano, mazuelo y la autóctona, recientemente incorporada, maturana, que ha levantado cierta controversia; en las variedades blancas, viura, malvasía, torrontés, verdejo, chardonnay, sauvignon blanc, garnacha y tempranillo.
Algunos bodegueros han pretendido la autorización de otras variedades, sobre todo de tintos, pero la opinión mayoritaria considera preferible conservar el carácter tradicional de los vinos, sin admitir nuevas variedades.
El prestigio en cuanto a demarcación de zona, rendimientos máximos permitidos, técnicas de elaboración, control de crianzas y otras prácticas han hecho que, desde 1991, la Denominación de Origen tenga la consideración de Calificada y el honor de ser la primera española en conseguirlo, lo que es un reconocimiento al esfuerzo para obtener una altísima calidad y una imagen prestigiada.
Los vinos de Rioja tienen unas cualidades para el envejecimiento admiradas universalmente, pero al mismo tiempo ha sorprendido la calidad de los nuevos vinos, algunos muy innovadores, por lo que jóvenes, crianzas, reservas o grandes reservas ocupan un importante lugar en el mercado internacional, que siempre ha apreciado los tintos, sobre todo los de la variedad tempranillo, exclusiva o predominante, pero hay que señalar que se hacen también extraordinarios blancos de crianza.
Pero no sólo hay vino en la región. Tres bodegas de Rioja Alta y otra de Rioja Alavesa producen cava. Cuentan que a uno de los elaboradores le gustaba tanto el cava, que no consideró los consejos que le dieron al respecto y replicó: “Voy a hacer cava, si lo vendo bien y si no me lo bebo”. Viura es la variedad mayoritaria y el resultado, en cuanto a su calidad, es tan satisfactorio que se está posicionando en un mercado muy competitivo.
Hay una Indicación Geográfica Protegida para los vinos de los valles de Sadacia, nombre que antiguamente tuvo el río Cidacos, que transcurre por terrenos muy pobres en materia orgánica, poco aptos para cualquier otro cultivo, pero en el que las varietales moscatel, malvasía, viura, garnacha blanca y chardonnay, con cosechas limitadas, proporcionan vinos dulces, elegantes, de una gran potencia aromática y un retrogusto prolongado.
Hortalizas riojanas
La Ribera del Ebro es propicia para la producción de hortalizas, tanto que la primera fábrica española de conservas vegetales se estableció en Logroño en 1848.
Se reunieron varios socios para aprovechar un año de cuantiosos excedentes y consta que entre los fundadores estaban el general Espartero, el marqués de Murrieta, -que ya iniciaba la experiencia vitivinícola- y un Trevijano, que históricamente ha sido apellido importante en el mundo de las conservas. Se empezó con los pimientos, pero enseguida espárrago, alcachofa, guisante, tomate y melocotón ampliaron la oferta.
El pimiento riojano que tiene DO, es de la variedad najerano, que proporciona un fruto largo y carnoso, forma cónica y pesa alrededor de un cuarto de kilo. Son muy sabrosos y nada picantes. Deben su calidad a los suelos en los que se produce, al trabajo de los agricultores y a la cuidadosa elaboración de la conserva.
El espárrago de La Rioja está acogido a la DO Navarra. La producción es pequeña pero su calidad es extraordinaria. La fuerte competencia de otros países ha hecho que cada vez se produzca menos, aunque los amantes que aprecian el producto, hacen que se mantenga la producción. También tiene DO la coliflor de Calahorra, convertida en el referente de calidad de esta hortaliza. Es muy compacta, de gran tamaño, color blanco o marfil, hojas muy verdes.
La patata, adscrita a los programas de producción integrada, es de buena calidad, saludable y producida con el máximo respeto a los recursos naturales. Hay distintas variedades pero la kennebec va estupendamente para hacer el plato más típico, que asombró a Paul Bocuse, las patatas riojanas que cuentan como compañero imprescindible con el chorizo riojano, que tiene IGP y la tradición ancestral, característica de un embutido de sabor y aroma únicos. La calidad de los aceites -la arbequina compite con la redondilla- acompañadas por la royal, empeltre, machona y otras, ha mejorado contribuyendo a la obtención de la DO, conseguiendo que en latitudes casi límites se produzca un aceite, sabroso y aromático.
Las “pochas” son alubias -recogidas con su vaina-, cuando todavía no están completamente maduras. Se recolectan al final de verano y guisadas con codornices hacen un plato que es gloria de la gastronomía. Los caparrones –alubias rojas- se preparan con productos de la matanza, un plato típicamente riojano de cuadro de honor. Cabe añadir que las alubias de Anguiano tiene Marca Colectiva.
Los productos ganaderos
Los valles del Jubera, Leza, Cidacos y Alhama, que cubren aproximadamente la cuarta parte del territorio de la autonomía, han sido declarados Reserva de la Biosfera.
Fueron lugar elegido por los dinosaurios –como lo demuestran los muchos restos encontrados- y en la actualidad, zona privilegiada para la ganadería extensiva, sobre todo para la producción de carne de ovino, representado por la autóctona chamarita, que proporciona una chuletillas excepcionales, también de caprino y vacuno, que algunas veces se complementan en su explotación con modernos cebaderos.
Carne de Ávila es una IGP compartida, -acoge explotaciones de esta raza criadas en la zona-; la Marca Colectiva Ternoja acoge a terneras de más de cuatro meses que proporciona una excelente calidad de carne de vacuno joven. Camerano es el queso con DO elaborado con leche de cabra –criadas en la Sierra de Cameros-; actualmente, aprovechando las cortas distancias, el queso se elabora en dos queserías, una en Haro y otra en Arnedo. Las peras del Rincón de Soto, con DO son una delicia.
En los alrededores del río Linares, se producen en pequeña cantidad unas excelentes frutas, entre las que destacan las cerezas tardías y las manzanas -siempre obtenidas en fincas de Agricultura Ecológica o de Producción Integrada-. Las ciruelas claudias de Nalda y de Quel, concentran el sabor de forma extraordinaria. Hay algunas otras producciones distinguidas con distintas Marcas como el jamón serrano, el pan “sobao”, las nueces de Pedroso, el mazapán de Soto, la miel, los fardelejos, las galletas y diferentes hortalizas de agricultura ecológica.