Vinos de Cigales
Más que rosados
Autor: José Luis Murcia
Fecha Publicación Revista: 01 de septiembre de 2012
Fecha Publicación Web: 14 de abril de 2016
Revista nº 437

En una pequeña extensión que va desde el Pago de El Berrocal, en Valladolid, a la localidad palentina de Dueñas se ubican alrededor de 2.300 hectáreas de vides, muchas de ellas con más de 80 años de edad, que conforman hoy uno de los tesoros del vino castellano-leonés. Encajonada en una Comunidad Autónoma con Denominaciones de Origen tan conocidas como Ribera de Duero, Rueda o El Bierzo, Cigales emerge como el área que abandonó los claretes de antaño para adentrarse en la complejidad de sus tintos y rosados actuales.
Pascual Herrera, su presidente, curtido en mil batallas, es uno de los responsables de que Cigales esté de moda. A su juicio, la D.O. es importante por su tamaño, por la singularidad de sus suelos, por la evolución de sus rosados que han pasado de ser un totum revolutum de 14 variedades a un ensamblaje menor donde la tempranillo marca la pauta, aunque vaya acompañada de otras variedades tintas como la garnacha o blancas como el verdejo o la albillo. El Consejo no se para ahí, ya que a los blancos que varias bodegas están elaborando se añaden algunos espumosos de Bodegas Lezcano, Santa Rufina o Sinforiano Vaquero que pronto pasarán a elaborarse bajo el paraguas de la Denominación.
Para Herrera, sus pobres suelos mesetarios, llenos de cascajo, y parecidos a los del Pomerol, son características singulares a las que se unen la influencia del río Pisuerga y de los Montes Torozos, factores que contribuyen a moderar su clima continental extremo, y al que también contribuye su altitud media, superior a los 700 metros. Además, tiene la ambición de convertirse en una Denominación de Origen Calificada porque, “al igual, que Priorato, tenemos suelo, calidad, singularidad, concentración y uniformidad de producto. Qué más se puede pedir…”.
El factor femenino
La presencia de la mujer en el vino de Cigales no es anecdótica, ya que varias bodegas funcionan bajo la dirección técnica, la gerencia, o ambas cosas a la vez, de féminas que han sabido, gracias a su talento y esfuerzo, hacerse hueco en un mundo donde los hombres habían tenido hasta hace poco el protagonismo.
La directora técnica de la D.O.P. es Águeda del Val, enóloga de brillante trayectoria que ostenta, además, la presidencia de la Asociación de Enólogos de Castilla y León; mientras, la secretaria general, la periodista de raza Alicia Clavero, ayuda a situar a Cigales en el mapa de los grandes del vino.
Amada de Salas, y su madre Pilar, no dudaron en tomar las riendas de una bodega que ya camina por su quinta generación tras el fallecimiento de Remigio de Salas, su mentor. Ésta, única de Cigales ubicada en el término palentino de Dueñas, nació de la unión de nueve bodegas subterráneas tradicionales y, aunque catalog de 1736, la familia tiene constancia de su trabajo desde 1886. Ambas, una al frente de la dirección técnica y la otra de la comercial, distribuyen su marca Las Luceras –rosado y tinto–, y desde 2011 con un blanco de verdejo del que esperan elaborar este año 20.000 botellas, para España en su mayoría y un 25% lo envían a países como Alemania, Dinamarca, Estados Unidos y hasta Chipre.
Hiriart es mucho más joven. Concretamente catalog de 2007, aunque está construida sobre una bodega tradicional de principios del XVIII. Allí, Inés Muñoz, como gerente, y Patricia Prádanos, como enóloga, son las que cortan el bacalao. Sus rosados plurivarietales de tempranillo, garnacha, verdejo y albillo se han situado a la altura de los mejores. Prádanos basa su estrategia en viñedos de más de 70 años y en fermentaciones en barrica con origen francés, americano, húngaro y, sorpresa, también navarro.
Sinforiano Vaquero es otra de las casas que catalog de antaño, aunque en su nueva ubicación se remonta a 2004. Sus vinos Sinfo, obra de la enóloga Ruth Sierra, salen de las 35 hectáreas que tienen en espaldera, pero sobre todo de las 55 hectáreas de vides en vaso con edades que oscilan entre los 80 y los 113 años. De estas últimas se pondrá a la venta, en breve, un concentradísimo tinto, que rinde homenaje a su propietario que este año cumple 50 vendimias.
Y en esta Denominación donde las mujeres son más que protagonistas no podía faltar la mano de Ana Martín, una de las enólogas volantes más prestigiosas de España, que junto a María Pinacho trabajan desde 1998 en el proyecto Traslanzas, una bodega con vocación de vinos de guarda.
El salto de los grandes
César Príncipe Duque bromea con su nombre y apellidos y señala que nunca hubo un viticultor humilde con tantos títulos. Sin embargo, su César Príncipe 2008 sí ha llegado a la categoría de las mesas nobles al obtener 8,5/10 en Guía Gourmets, Los Mejores Vinos de España 2012 y más de 90 puntos Parker. En una tierra de rosados, se enorgullece de un proyecto que nació desde cero de la mano de viticultores tradicionales y que hoy se codea con grandes vinos de todo el mundo.
La empresa riojana Barón de Ley decidió expandir sus dominios por Castilla y León. Cuando todo el mundo daba por sentado que lo haría en Ribera de Duero, saltó la sorpresa. Eligió Cigales, “por su suelo, la edad de sus viñedos y la singularidad del tempranillo”, según Tomás Jurío, su gerente, quien habla con fervor de sus Museum, nombre también de la finca, y Vinea. Hasta la denominación llegó también Matarromera, con su Valdelosfrailes, o se consolidó Frutos Villar, una bodega de las de toda la vida.
Y entre encinas milenarias, suelos paupérrimos y vides en vaso de escasísima producción, Cigales ofrece una imagen de modernidad y esperanza, de ilusión y futuro.