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Viaje Cataratas Victoria

El humo que retumba

Autor: Enrique Domínguez Uceta
Autor Imágenes: Enrique Domínguez Uceta
Fecha Publicación Revista: 01 de enero de 2015
Fecha Publicación Web: 01 de enero de 2015
Revista nº 464 - 465

El formidable espectáculo natural se adivina desde lejos por la nube de vapor de agua que se levanta medio kilómetro sobre la llanura y porque se puede escuchar a gran distancia, dando sentido al nombre del lugar en la lengua lozi nativa, Mosi-oa- Tunya: el humo que retumba.

El gran salto de agua era desconocido para el mundo cuando lo halló Livingstone hace sólo 159 años, y ahora ha sido elegido entre las Siete Maravillas naturales del Mundo. A la belleza de las cascadas hay que añadir el atractivo de un entorno salvaje de gran pureza, con las riberas del río Zambeze y sus afluentes cubiertas por una selva frondosa que se diluye en bosques y sabanas donde es posible encontrarse con la gran fauna africana, hipopótamos, elefantes y búfalos y grandes predadores en su habitat genuino. La orilla izquierda del Zambeze pertenece a Zambia y la derecha a Zimbabue, ambas ocupadas por parques nacionales en los que es posible sentirse intrusos en un paraíso ecológico.

Junto a las Cataratas Victoria ha crecido un pequeño entorno de lujo para mimar a los que afrontan el desplazamiento hasta el corazón del África negra. A mediados del siglo pasado, los viajeros llegaban en los aparatos de hélice de Imperial Airways que realizaban la Jungle Junction, una escala en su vuelo entre Southampton, en Inglaterra, y Johannesburgo, en Sudáfrica.

Hoy también se suele llegar desde Johannesburgo hasta el aeropuerto internacional en Zimbabue, en la zona en que coincide su frontera con las de Namibia, Botsuana y Zambia, siempre a orillas del río Zambeze. Los privilegiados viajeros se alojaban en el mítico Victoria Falls Hotel, en el lado de Zimbabue, que sigue siendo un referente de calidad y nostalgia, manteniendo el encanto colonial y un servicio impecable.

Las cataratas parecen una extensión de sus jardines, ya que desde su puerta se llega paseando hasta la gran sima por la que se precipitan hasta 900 millones de litros por minuto, produciendo un estruendo clamoroso y una densa nube de agua vaporizada en la que se estrella la luz del sol formando una cadena de arcoíris.

Un estrecho sendero a través de la selva desciende desde el hotel hasta el mirador, situado a mitad de altura de las cataratas, frente a la Cascada del Diablo, desde el que se domina una larga hilera de cortinas de agua.

Volviendo a subir se puede recorrer la espectacular senda en cornisa frente al gigantesco desplome del río, asomándose a los miradores en los que toneladas de agua pulverizada vuelven a caer desde el cielo. El visitante, empapado, experimenta una excitación profunda, no sólo por el sobrecogedor panorama, también percibe con el resto de los sentidos el privilegio de asistir sin riesgo a un acontecimiento en el que la naturaleza muestra su esplendor con máxima potencia.

El Zambeze, que sirve de frontera entre Zimbabue y Zambia, se cruza por un alto puente metálico, construido en 1905, que une ambos países sobre el cañón del río. En la orilla derecha se encuentra la población zimbabuense de Victoria Falls, cerca de otros alojamientos menos famosos como el acogedor Ilala Lodge o The Kingdom Hotel, todos cercanos a las cataratas.

Cruzando el puente se llega a Zambia, donde han surgido nuevos hoteles tan atractivos como The Royal Livingstone o el Zambeze Sun. Sus clientes disponen de acceso libre y gratuito al entorno del salto de agua en cualquier momento, aunque nada es comparable a pasearlo en noche de luna llena contemplando los arcoíris lunares.

Antes de formar las cataratas, el Zambeze es un río ancho y llano de idílica calma, que se navega en los cómodos barcos clásicos que remontan su corriente, entre garzas e hipopótamos que resoplan cerca de las orillas. Una de las experiencias más gratas es presenciar la puesta de sol desde la cubierta del African Queen, cuando el agua parece una naranjada de mercurio y el “humo que truena” se eleva en el aire como rosado algodón de azúcar.

Cataratas Victoria se ha convertido en una de las capitales africanas del turismo de aventura, que atrae a los buscadores de experiencias extremas. Algunos se asoman a la sima desde la isla Livingstone, en el centro de la corriente, para sentir desde arriba el vértigo del precipicio. Cuando el caudal es muy bajo, entre agosto y diciembre, se puede caminar y nadar junto al borde de la cascada en The Devil’s Pool, que supone un desafío inolvidable.

También es posible entrar en lancha hacia al pie de las cascadas, descender los rápidos practicando “rafting” de máximo nivel en las aguas del Zambeze, y practicar “puenting”, saltando al vacío desde más de cien metros de altura en el centro del puente que vuela sobre el desfiladero con vistas a las cataratas.

Los mejores restaurantes se sitúan en los hoteles de lujo, donde sirven cocina internacional con presencia ocasional de pescados de río, tilapia del lago Kariba, buenas carnes de vacuno de Zimbabue y algunas carnes exóticas de antílope. En el lado zimbabuense destaca el excelente nivel de Livingstone Room, en el Victoria Falls Hotel, y en Ilala Lodge el selecto The Palm, con platos de cocodrilo, cudú y avestruz. En la orilla zambiana la mejor cocina es la de Royal Livingstone Dinning Room, en el hotel The Royal Livingstone, y la de Boma, cerca del Zambeze Sun, que sirve bufés al aire libre en un espacio que imita un poblado tradicional africano.

Otra opción singular es realizar un grato trayecto en el histórico tren de vapor The Royal Livingstone Express, que se detiene tranquilamente sobre el puente que cruza el Zambeze para disfrutar de un aperitivo contemplando la puesta de sol tras las cataratas, antes de degustar una cena de cinco platos en el vagón restaurante, en una experiencia llena de nostalgia y glamour. Cerca de la ciudad de Livingstone se encuentran las fronteras de Namibia y Botsuana en un entorno en el que todos los países vecinos acumulan extraordinarios parques naturales que se pueden visitar en trayectos cortos.

En la orilla zimbabuense se encadenan los Parques Nacionales Hwange, Chizarira y Matusadona, que jalonan un recorrido espectacular hasta los humedales de Mana Pools, acompañando el avance de las aguas del gran río. A un par de horas por carretera se localiza el imponente Parque Nacional Hwange, una reserva de 14.000 kilómetros cuadrados en la frontera con Botsuana y junto al desierto de Kalahari, donde se refugian 30.000 elefantes. Los safaris en todoterreno permiten buscar a los “big five”, los cinco grandes mamíferos más difíciles de cazar: león, elefante, búfalo, rinoceronte y leopardo. Los ornitólogos identifican 400 tipos de aves y, entre el centenar de especies terrestres, destacan los oryx, antílopes con largos cuernos rectos, y los licaones, los cánidos africanos que atacan en manada.

Sólo hay tres campamentos en Hwange, donde se permiten safaris a pie en compañía de guardas armados. Hay que volar dos horas en avioneta para llegar al Parque Nacional Chizarira, la más desconocida entre las grandes reservas de Zimbabue.

Sus 2.000 kilómetros cuadrados aparecen dominados por la silueta del monte Tandezi, de 1.500 metros de altura, cuyas laderas descienden escalonadamente hasta las riberas del lago Kariba. Lejos de las rutas locales y del turismo, ofrecen un espectáculo natural de incontaminada vida salvaje, con rinocerontes negros y grandes grupos de elefantes, búfalos, ñúes y sus predadores, leones y leopardos.

Desde las terrazas del Chizarira Wilderness Lodge, el único alojamiento junto al parque, se contempla el abrupto territorio que se puede explorar a pie guiados por expertos tiradores y visitar un pequeño poblado batonga. Cuarenta kilómetros al norte de Chizarira se extiende el lago Kariba, formado en 1960 al represar la corriente del Zambeze para crear una de las mayores centrales eléctricas de África.

El cañón natural del río se anegó formando un lago de casi 300 kilómetros de largo, en el que la fauna continuó imperturbable tras la inundación. El lago aparece infestado de cocodrilos y rebosante de pesca, de la que viven muchas familias de etnia tonga asentadas en sus orillas. Desde allí salen los safaris en barco hacia el Parque Nacional Matusadona, casi inaccesible por tierra, famoso por los “árboles petrificados”, restos del bosque inundado por el embalse, cuyas ramas muertas emergen del agua con formas inquietantes.

Desde Kariba, nadie debería dejar de visitar Mana Pools, uno de los mejores espacios naturales del país, incluido en la lista del Patrimonio Mundial. El Parque Nacional está formado por un laberinto acuático de estanques, caños y humedales que concentra enormes cantidades de fauna en septiembre y octubre, durante la estación seca.

Navegando en frágiles canoas impresiona aún más la abundancia de cocodrilos, hipopótamos, elefantes, cebras y antílopes. Si a esto se une la experiencia de dormir en tiendas junto al río, se logra vivir la auténtica experiencia de la vida salvaje africana. La mayoría de los viajeros vistan el Parque Nacional de Chobe, en Botsuana, a sólo 80 kilómetros de Victoria Falls, que posee una de las mayores concentraciones de fauna de África. 

Puede ser un soberbio epílogo al viaje iniciado en las Cataratas Victoria que ofrecían, con su bramido violento y su cerco urbanizado, el contrapunto al silencio y la calma intemporal, de Jardín del Edén, que el Zambeze ofrece en sus orillas. Aunque nadie debería dejar de sobrevolar el asombroso espectáculo natural en helicóptero, haciendo realidad lo que imaginó Livingstone cuando vio por vez primera el gran salto de agua. Escribió que hasta los ángeles se pararían en su vuelo para contemplar tal maravilla. Él no pudo hacerlo. Nosotros sí.

 

Guía práctica

Cómo llegar

Vuelos a través de Sudáfrica, Kenia, Zambia y Zimbabue. Rovos Rail realiza el trayecto de tres días desde Pretoria a Cataratas Victoria en tren histórico de lujo. Imprescindible preparar pasaporte y visados para evitar problemas en los frecuentes pasos de frontera. Viajes organizados en las principales agencias.

Dónde comer

Livingstone Room

Victoria Falls, Zimbabue

El restaurante de mayor nivel en el Victoria Falls Hotel, se dedica a la cocina internacional con presencia de algunos productos locales y magníficas carnes, con extensa bodega y servicio impecable. Precios moderados en relación a la calidad.

The Palm

Victoria Falls, Zimbabue

Restaurante a la carta del hotel Ilala

Lodge, de esmerada cocina en la que aparecen carnes locales de avestruz, cudú y cocodrilo, cuyo trabajo ha sido premiado en los últimos años entre los mejores del país.

Makuwa-Kuba Restaurant

Victoria Falls, Zimbabue

Gastronomía muy cuidada en el elegante restaurante del Victoria Falls Safari Lodge, donde se prepara cocina internacional con productos frescos y esmerada presentación que incluye elementos de producción local.

Royal Livingstone Dinning Room

Cataratas Victoria, Zambia

El restaurante principal del hotel Royal Livingstone presenta una carta muy cuidada, de inspiración en la cocina clásica europea a la que añade algunos toques zambianos y la influencia de la cocina india que aporta su chef, logrando una propuesta intensa y expresiva.

Boma

Cerca del Zambezi Sun

Cataratas Victoria, Zambia

El restaurante practica cocina de inspiración africana de gran calidad y solidez, que respalda un local dirigido a un público internacional heterogéneo. Música y danzas acompañan una experiencia no sólo gastronómica.

The Royal Livingstone Express

Cataratas Victoria, Zambia

Experiencia gastronómica a bordo de un tren histórico de vapor lujosamente restaurado que se asoma a las cataratas desde el puente internacional, donde ofrece un aperitivo, antes de desplegar un refinado menú de cinco platos con buenos vinos que se sirve en el vagón restaurante, en una atmósfera llena de glamour.

Dónde dormir

The Victoria Falls

El primer hotel en las Cataratas Victoria, desde 1904, mantiene el ambiente elegante y colonial justo al lado del salto de agua. Cocina internacional de calidad y extensa bodega con numerosas referencias sudafricanas. Desde 336 euros habitación doble.

Ilala Lodge

Zimbabue

Pequeño hotel de 32 habitaciones inmediato a las Cataratas en el lado zimbabuense, con atención personalizada y acceso a pie hasta ellas. Acogedor y sencillo, cuenta con dos restaurantes, el selecto The Palm y el Kubika con platos locales de cocodrilo, cudú y avestruz. Desde 368 € habitación doble.

The Kingdom Hotel

Zimbabue

Muy bien situado cerca de las cataratas, es un hotel familiar, sencillo y eficiente, con amplias instalaciones, buen servicio, tres restaurantes, tres piscinas y casino. Desde 94 € habitación doble.

The Royal Livingstone

Zambia

La mejor opción de lujo en el lado de Zambia. Excelente instalación moderna al borde del río con amplios jardines, piscina y terraza de teca sobre el agua, con vistas a las cataratas. Amplias habitaciones con decoración clásica, bañeras de hidromasaje y un spa de calidad. Desde 358 € habitación doble.

Zambezi Sun

Zambia

Hotel de grandes dimensiones a diez minutos caminando de las cascadas, con acceso gratuito a las mismas. Piscina, restaurantes, jardines y actividades en un hotel con todas las comodidades. Desde 215 € habitación doble.

 

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