Viaje a Uruguay
La tierra cool del sur
Autor: Enrique Domínguez Uceta
Autor Imágenes: Enrique Domínguez Uceta
Fecha Publicación Revista: 01 de octubre de 2014
Fecha Publicación Web: 01 de octubre de 2014
Revista nº 462

La mayoría de los uruguayos pertenece a familias de procedencia europea, en especial de España y de Italia, con presencia de franceses, alemanes y rusos, donde sólo un cuatro por ciento son afroamericanos, con el doble de mestizos. Los nombres de Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano y Horacio Quiroga, hablan de un país de cultura profunda, de sensibilidad extrema y de apasionantes aventuras vitales.
Naturaleza de escala americana y forma de vida europea se reúnen en un país que se ha convertido en un destino viajero emergente, fácil de disfrutar con seguridad. El mundo del estanciero y del gaucho convive con la población más alfabetizada de América. La mayor parte del territorio está cubierto de fincas ganaderas, donde el número de vacas cuadruplica el de habitantes. La ecuación entre rural y urbano se resuelve en términos de extrema calidad en sus productos gastronómicos, con carnes, quesos y vinos prodigiosos.
La superficie de Uruguay equivale a un tercio de la española, donde sólo viven 3,2 millones de personas, dos de ellos en el entorno de Montevideo, junto al Río de la Plata. En el este, la costa atlántica conserva playas salvajes, como las dunas del Cabo Polonio, mientras el oeste se asoma a la ancha corriente del río Uruguay que sirve de frontera con Argentina. Entre ambos litorales se extienden esplendorosas tierras onduladas, cubiertas de pastos, donde abundan ríos y lagos orillados de playas y balnearios de aguas termales.
Montevideo es la capital, fundada muy tarde por los españoles, que levantaron la Ciudad Vieja a partir de 1724. Su edificio valioso más antiguo es la catedral, neoclásica, de 1790. A partir de 1833 se traza la Ciudad Nueva, de calles anchas y arboladas, junto a la Vieja. Ambas se unen en la plaza Independencia, donde coinciden la puerta de la Ciudadela, del siglo XVIII, la estatua de Artigas, padre de la independencia uruguaya, el metropolitano palacio Salvo y la Casa de Gobierno, junto al espectacular Teatro Solís, el principal escenario artístico del país.
El casco histórico se recorre paseando por la zona peatonal Sarandí y se prolonga en la avenida Dieciocho de Julio, entre palacios y edificios corporativos historicistas de los siglos XIX y XX, que reflejan la intensa relación con Europa y el éxito económico en un mundo que encontró su despensa en Sudamérica durante dos Guerras Mundiales. Aquella riqueza se convirtió en buena arquitectura y hoy Montevideo es un museo de edificios eclécticos, Art Nouveau, Art Decó y funcionalistas.
El Montevideo literario se respira en el centro, en la librería Puro Verso, o en las mesas del Café Brasilero favorito de Benedetti, pero el alma de la ciudad se encuentra en los extensos barrios populares de casas bajas. En ellos surgió el candombe, fue creciendo el carnaval hasta convertirse en el más largo del mundo, y se arraigó el profundo amor por el fútbol propio del uruguayo, que bajo su piel civilizada guarda un corazón apasionado.
Si España está en el origen y la historia de Uruguay, también han dejado huella portugueses y británicos, y las emigraciones más recientes de españoles e italianos. Todos están presentes en la gastronomía uruguaya, dominada por dos productos, el ganado vacuno y la pasta. El país produce una de las mejores carnes del mundo, de animales criados al aire libre con pastos naturales, que se prepara en parrillada, uniendo al asado los chorizos, morcillas, chinchulines, riñones y mollejas. El asado se realiza siempre sobre brasas de leña, y puede ser de tira (con hueso), o pulpa, (sin hueso). Según el gusto puede cocinarse jugosa, a punto o cocida.
La pasión por la pasta llegó de la mano de los italianos. Ellos implantaron las heladerías, las fábricas de pasta casera, los risottos, y la costumbre de que, el día 29 de cada mes, se coman en todas las casas ñoquis, la pasta de patata procedente de los gnocchi italianos. Se toma con tuco, la salsa preparada de mil maneras, con cebolla, tomate y carne de vacuno, y se pone dinero debajo del plato para atraer la fortuna.
En Montevideo, destacan por su perfil gastronómico restaurantes como el elegante Rara Avis, en el Teatro Solís, especializado en cocina italiana, carnes del país y pescados del Pacífico. En Tandory practican una formidable cocina de fusión con sello oriental y europeo. Francis ofrece una extensa carta de cocina ecléctica que atrae a poderosos y famosos en sus dos locales de Punta Carretas y Carrasco. Quien prefiera la experiencia de una bodega con gran restaurante debe disfrutar el encanto de Bauza.
En Montevideo es imprescindible visitar el antiguo Mercado del Puerto, que acoge una estupenda colección de restaurantes tradicionales tan reputados como la parrilla de El Palenque, donde se cocina con acento español, o El Peregrino. También es recomendable probar otro emblema nacional, el “chivito”, un bocadillo de tierno lomo de vacuno con lechuga, tomate, jamón, queso, panceta y huevo, que alcanza su mejor versión en el Bar Arocena.
La calidad de la carne encuentra su mejor compañía en los vinos uruguayos, criados en la misma latitud de las grandes bodegas del hemisferio sur. Además de las cepas cabernet o merlot, disponen de la uva tannat, que ha logrado en Uruguay su mejor versión y es un emblema de su enología. Con ella elaboran grandes vinos en bodegas como Montes Toscanini, H. Stagnari, Antigua Stagnari, Artesana, Familia Irurtia,
Narbona, Garzón, o Bodegas Carrau, funcionando desde 1752, a través de diez generaciones de la misma familia de origen catalán. La bebida nacional es el mate, nombre de la calabaza en que se mezcla yerba mate con agua caliente, de donde se va sorbiendo sin prisa pero sin pausa a través de un tubo metálico llamado bombilla. El mate acompaña al uruguayo en casa, en el trabajo y en el transporte público, a todas horas y en todas partes, y se ha convertido en una seña de identidad nacional.
Poco más de dos horas en coche separan la capital de Colonia del Sacramento, un antiguo enclave portugués en el Río de la Plata, declarado Patrimonio de la Humanidad. Aún conserva parte de su muralla, una puerta con puente levadizo, y un casco histórico lleno de encanto con suelos empedrados, casas bajas de colores vivos y una vegetación exuberante. Muchos viajeros llegan cada día desde Buenos Aires para disfrutar de su belleza y comer en alguno de sus buenos restaurantes, en el Mesón de la Plaza o en el moderno Blanco y Negro.
A 135 kilómetros de Montevideo, donde el Río de la Plata se une con el Atlántico, aparecen las largas playas de arena dorada de Punta del Este, otro remanso de paz que se ha convertido en la mejor ciudad de vacaciones para las clases altas de Uruguay, pero también de Argentina y de Brasil, que disfrutan de una seguridad que no encontrarían en sus propios países.
Para la temporada de verano llegan a Punta del Este, desde Brasil, camiones “cigüeña”, cargados de ferraris, porsches, y lamborghinis, para que sus dueños los disfruten sin miedo y los puedan aparcar delante de sus restaurantes favoritos, los de mayor glamour en Uruguay. La cocina de La Bourgogne, de inspiración francesa, quizá sea la mejor del país, mientras el Parador La Huella de la playa de José Ignacio pasa por ser el más cool. Durante el verano austral se llenan los comedores de El Garzón, Sorry Jacinta, Floreal o Lo de Tere, a precios europeos. En El Pobre Marino se especializan en los maravillosos pescados del Atlántico. La corvina, el lenguado, el mero, se preparan al estilo vasco en los fogones de Leonardo Etxea.
En Punta Ballena, a 16 kilómetros de Punta del Este, se respira un inefable ambiente ibicenco, donde se unen los edificios racionalistas del arquitecto español Antonio Bonet y la singular Casa Pueblo, una escultura habitable del artista plástico Carlos Páez Vilaró, que ahora acoge un hotel donde cada tarde se reúnen los viajeros para celebrar la puesta de sol sobre el Río de la Plata, una experiencia chill out que se puede prolongar con una buena cena en Las Cumbres.
El litoral es la cara más visible de un país que se extiende hacia el interior en praderas y selvas que ofrecen lugares formidables para paseos a pie o a caballo y para la observación de aves en espacios naturales como los Bosques del Río Negro, el Parque Nacional Esteros de Farrapos, o en la Quebrada de los Cuervos. Los grandes ríos y embalses son idóneos para navegar, pescar, bañarse, y disfrutar de las termas del Dayman, del Arapey o de Salto.
Los anchos campos del país poseen hoteles de ensueño en grandes fincas, como el maravilloso Fasano Las Piedras cerca de Punta del Este, o el fastuoso Wine Lodge Narbona que integra bodega, hotel y un magnífico restaurante en la localidad de Carmelo, donde se unen las aguas del Uruguay con las del Paraná. En esta zona es fácil encontrar pescados de río, el sabroso pacú, el dorado, el surubí, aunque el maravilloso caviar de los esturiones introducidos en el Río Negro se destina a la exportación y sólo se ofrece en los mejores restaurantes.
Quizá ningún sitio mejor para finalizar un viaje a Uruguay que el departamento atlántico de Rocha, donde la naturaleza se impone con fuerza. Allí se encuentran las mayores poblaciones mundiales de cisne de cuello negro, de palma butía y de ombúes, hay islas con lobos marinos y un litoral salvaje con playas prístinas, visitables desde las pequeñas comunidades de Barra del Chuy, o de Cabo Polonio, favorito de la intelligentsia alternativa.
Guía práctica |
Cómo llegar
Hay tres vuelos directos semanales de Air Europa desde Madrid a Montevideo, con precios desde 600 euros i/v.
+ Info: turismo.gub.uy
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Dónde comer La Bourgogne Punta del Este Cocina de inspiración francesa y mediterránea del chef Jean-Paul Bondoux en el local de mayor altura gastronómica en Uruguay.Parador La Huella Playa José Ignacio, Punta del Este A 36 km al norte de Punta del Este, está el mejor restaurante de playa del país, destaca la calidad de carnes y pescados y el perfecto punto de la parrilla. Sobre la arena, es favorito de famosos y exige reserva. El Palenque Montevideo En el Mercado del Puerto, en su carta se incluye la parrillada de las mejores carnes y preparaciones de cocina española. Dispone de un local en Punta del Este. Rara Avis Centro Cultural Teatro Solís. Montevideo En el elegante marco del Teatro Solís, cocina de alta calidad de inspiración italiana, El mayor nivel gastronómico en el Salón Rouge, con propuestas más sencillas en el Salón Preludio. Francis Montevideo Desde su inicial apuesta por los pescados, pasando por la incorporación de la parrilla, logra una oferta culinaria de máximo nivel, igual que su bodega. Bouza Bodega Boutique Montevideo Gran cocina en un entorno elegante dentro de la propiedad de la antigua bodega. Los vinos propios se armonizan con una carta amplia y ecléctica que no sólo ofrece las excelentes carnes de vacuno y de cordero de su parrilla. |
Dónde dormir Radisson Montevideo Victoria Plaza Hotel Montevideo radisson.com/montevideo-hotel-uy Hotel de lujo en edificio moderno en pleno centro histórico, en la plaza Independencia. Vistas impresionantes, piscina cubierta, spa. Desde 169 € doble + desayuno. NH Columbia Montevideo Hotel de cuatro estrellas moderno y bien equipado, céntrico, entre la Rambla y la Ciudad Vieja. Desde 102 € doble + desayuno. Hotel Fasano Las Piedras Punta del Este Sofisticado minimalismo, con 32 bungalós separados del bullicio de la costa. Servicio extraordinario, playa fluvial privada, golf, spa y un restaurante de máximo nivel. 228 € doble + desayuno. Conrad Punta del Este Resort & Casino Punta del Este Hotel de lujo urbano en el centro, cerca de las playas, con piscina, spa, casino, espectáculos y bares muy animados. En la extensa oferta gastronómica destaca el elegante restaurante St. Tropez. Desde 96 € doble + desayuno. Wine Lodge Narbona Carmelo Exclusivo hotel de cinco habitaciones en el viñedo y bodega Narbona, ideal para conocer sus vinos y quesos, y disfrutar de un restaurante gastronómico. Integrado en la cadena de Relais & Chateaux. Desde 114 € doble + desayuno. |