Brotes de primavera

Desde el 26 de junio el Royal Monceau comparte la categoría palace –la más alta de la hotelería francesa–, en París, con Bristol, George V, Park Hyatt y Plaza Athénée. Un sector seguro: las 1.421 habitaciones palace de París ostentan una tasa de ocupación del 82%. Comprado en el 2007 por Qatar –250 millones de euros–, el Royal Monceau tiene dos restaurantes: La Cuisine, cocina francesa, del chef Laurent André y Carpaccio, único italiano con estrella en París. Su chef, Roberto Rispoli, se formó en la Tratoria Toscana, el restaurante estrellado de Alain Ducasse en el hotel Andana, en Italia. En fin, de las 1.200 referencias vinícolas del hotel, administradas por el excelente sommelier Manuel Peyrondet, un tercio llega de Italia.

Valérie Bloch vende sabores de diseño

Valérie Bloch, estilista, quería conjugar su dos pasiones: diseño y gastronomía. Se decidió a recorrer salones para seleccionar productos con tres criterios: que sea francés, con calidad gastronómica y presentación impecable. En muchos casos, exclusividad en París.

El resultado es Ma collection, marchande de saveurs (mi colección, vendedora de sabores), una tienda en 33, rue Mazarine, pleno Saint-Germaindes- Près, con delicias como la crème gourmande caramel aux pralines roses, de Olivier Bajard, MOF en pastelería. También, humor: una barra de labios para crías (de chocolate, a 6,50 €). Tienda ideal para regalos sabrosos.

Joulia, comida de arquitecto

Arquitecto (Naço Architectures) autor del inolvidable restaurante Pierre Gagnaire de Saint Étienne, el franco argentino Marcelo Joulia también crea restaurantes. En París, Único y El Galpón, cocina y productos argentinos, y El Clandestino, cocina moderna y chef japonés. En Shangai, Único –en este caso, bar de tapas– y Colagreco, con Mauro Colagreco, el chef argentino con estrella en Mirazur (Menton).

En fin, un Unik y la pastelería Yuzu, en Buenos Aires. Ahora, Joulia –y su Groupe Food & Fun–, resucitó, en París, el histórico Ferme Saint Simon, abierto en 1933. Cocina tradicional modernizada. Y una sumillera internacional, Paz Levinson. Elegida mejor de su país, Argentina, en 2010, tres años más tarde fue semifinalista en el mundial de sommellerie de Tokio.

Roussel a la calle

Christophe Roussel es chocolatero. Y Alexone (Alexone Dizac, parisino de 37 años, ya expuso en el Pompidou) ex grafitero. Pascua les une con dos tabletas, chocotigre (chocolate con leche; 41% de cacao, chocolate negro con 67% de cacao, jugo de fruta de la pasión, puré de mango, coco torrefacto y azúcar explosiva) y chococaniche (chocolate negro 70% de cacao, puré de frambuesas, chocolate con leche 35% de cacao, azúcar explosiva, frambuesas desecadas), en serie limitada, ilustradas por Alexone. Roussel, chocolatero nómada (de Uruguay a Suiza), sedentario desde 2004, con cuatro tiendas en Francia.

Belvas: belga, joven y virtuosa

Creada en 2005, la casa Belvas (belvas.be) es el yerno perfecto: orgánico certificado, comercio justo, sin gluten y sin alcohol. Y en 2011, mejor microempresa ecológica de Europa. Trufas con almendras, rochers de coco y chocolate, chocolate blanco con forma de mariscos y relleno fundiente de avellanas, son algunas de sus golosinas ya impuestas. Y precios competitivos.

Para estas pascuas, Ballotin printemps (200 gramos de chocolatinas variadas, 9,99 €), OEufs de Pâques (200 g de huevos de chocolate negro y con leche, relleno de praliné y avellanas, 5,99 €) y lapins (conejos) una pieza de 60 g de chocolate con leche 34% de cacao, 2,44 € y la de chocolate negro (70% de cacao peruano), 2,17 €.

Le Roux y un huevo

Zócalo de almendras caramelizadas bañadas en chocolate, flor de sal. Homenaje a las mareas bretonas, el huevo de la Maison Henri Le Roux -250 g, 18 cm de altura, 32 €- toma prestado el nombre y sabor de su célebre tableta Embruns (salpicaduras de las olas).

Circo Lenôtre

Guy Krenzer, chef de Lenôtre, hermanó para la pascua 14 gastronomía y circo. Con animales: conejo mágico, elefantes y otarios prestidigitadores. Claro que a parte de la Sucette circus (piruleta a 4,50 €), este circo es para VIPs: del chup choco clown (un payaso chocolateado de 330 g) a 59 € al elefante prestigiditador (1,1 kilo) a 255 €, la dulzura tiene un precio.

Hágalo usted mismo (en plan profesional)

Cluizel, una de las raras empresas familiares que realiza sus rellenos de caramelo, praliné o chocolate y cuyas creaciones son realizadas íntegramente en su manufactura francesa de Damville, declina la leyenda de la gallina Picorine, «la única que pone huevos de chocolate», en su línea pascua 2014 (de 4,15 a 95 €).

Y ahora, esta casa con tres generaciones de chocolateros y 6.000 clientes profesionales en el mundo, lanza una línea de productos profesionales para los aficionados. El pastelero de domingo puede comprar Bases (chocolate para pastelería en minigramos, pastillas de fácil empleo, en envases de 250 g), Extras (interiores y complementos para distintas recetas), Creusets (continentes de chocolate con leche o negro, para concebir rellenos chocolatados o de frutas), Décos (decorados fantasía para darle toque profesional) y Accessoires, los diferentes accesorios imprecindibles y las fichas receta.

Hágalo usted mismo (y gallinero)

Porque la más antigua tradición es la de pintar en pascua los huevos de gallina, Farmili, unión de agricultores, estrena blog (l’Echo de la basse-cour: farmili.com/blog/), la basse-cour es el gallinero en francés, para enseñar a decorar los huevos de polla con perdón. Farmili utiliza internet para transformar los jardines de casas urbanas en neo gallineros.

En la mini granja pueden convivir cuatro razas de ponedoras –en Francia, las entrega a domicilio, cada miércoles, un transportista especializado en animales vivos– y conejos. Y según la costumbre pascual los huevos pueden ser cocidos diez minutos y pintados o vaciados –tortilla por un lado– y rellenados con chocolate.

Hágalo usted mismo (y flia)

A partir de 1.350 €, una pareja con hijo de 5 a 12 años puede pasar tres días en Alsacia, entre Estrasburgo y Colmar, en La Cheneaudière (Relais & Chateaux). El plan: del 18 al 21 de abril, tres noches en gran habitación doble, otras tantas cenas gastronómicas, 3 desayunos buffet prestige, acceso al spa de 2.000 m2 y buffet bienestar durante el día. Para el crío, desayuno, menú especial y un taller de chocolate con el chef Roger Bouhassoun, para elaborar su propio huevo de Pascua.