Opinión

Los cocineros y los derechos de autor (II)

Autor: Ernesto Trigueros Gómez-Dégano
Fecha Publicación Revista: 01 de junio de 2017
Fecha Publicación Web: 03 de julio de 2017

Este cocinero (Barcelona 1962) es el legítimo sucesor de Carême y de Escoffier, como han reconocido la mayoría de los franceses iniciados en la materia. Su influencia ha sido formidable, tanto en España como en el extranjero, contándose por cientos los excelentes cocineros formados en su cantera.

Para gloria de nuestra gastronomía han surgido cocineros llenos de talento y creatividad innovadora como por ejemplo Berasategui, los Roca, Adúriz, Dacosta, Ángel León, David Muñoz, etc. Pero no hay que olvidar que tanto las materias primas que nutren las despensas de estos cocineros y los grandes profesionales que practican la cocina tradicional y la regional, son la base de una de las grandes atracciones que suscita nuestro país como destino turístico.

Entrando en materia de derechos de autor, la revista “International Journal of Gastronomy and Food Science” promovida por Andoni Adúriz y presentada el año pasado en Madrid Fusión, se propone proteger los trabajos de investigación de los cocineros pero, como advierte Capel, centrándose en los conceptos y las técnicas, ya que las recetas pueden cambiarse modificando un solo ingrediente.

Puede calificarse de anecdótica la iniciativa que tuvieron los dueños de la desaparecida Gastroteca de Stephan y Arturo, consistente en pagar cierta cantidad en concepto de derechos de autor culinario, a chefs franceses por servir algunos de sus platos en su restaurante.

La fórmula de la Coca-Cola la ideó un farmacéutico como medicamento para el cerebro y los nervios y después un contable introdujo la marca y el logotipo, que posteriormente fueron patentados el 21 de enero de 1893, año a partir del cual empezó su comercialización a nivel mundial. El ingrediente secreto, llamado “Merchandise 100X” es solo un método de control publicitario que aparentemente permanece como un secreto desde su formulación en 1888. La fórmula no es pública, pero tampoco está registrada ni protegida como invención y, como se sabe, ha sido copiada por multitud de productores.

La realidad es que en España solo pueden inscribirse en el Registro de la Propiedad Intelectual los derechos relativos a las obras o creaciones. 

El art.10 de la Ley de Propiedad Intelectual establece que:

“Son objeto de propiedad intelectual todas las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro, comprendiéndose entre ellas:

1. Los libros, folletos, impresos … y cualesquiera otras obras de la misma naturaleza.

2. Las composiciones musicales, con o sin letra.

3. Las obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías, las pantomimas y, en general, las obras teatrales.

4. Las obras cinematográficas y cualesquiera obras audiovisuales.

5. Las esculturas y las obras de pintura, dibujo, grabado, litografía y las historietas gráficas, tebeos o cómics, así como sus ensayos o bocetos y las demás obras plásticas, sean o no aplicadas.

6. Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas.

7. Los gráficos, mapas y diseños relativos a la topografía, la geografía y, en general, a la ciencia.

8. Las obras fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a la fotografía.

9. Los programas de ordenador.”

Brillan por su ausencia las recetas o creaciones gastronómicas que, aunque pueden llegar a tener mucho de artísticas y científicas, no están consideradas como creaciones; Auguste Escoffier estaba en lo cierto cuando afirmaba que los cocineros carecían de recurso legal contra el plagio.

Solo se nos ocurre animar a nuestros políticos y legisladores para que introduzcan entre las creaciones del art. 10 de la Ley de la Propiedad Intelectual a las “gastronómicas” y que dedique a ello un nuevo epígrafe (j) que pueda servir para dar cobertura a las recetas más singulares e innovadoras de los magníficos cocineros que están haciendo una labor tan importante en pro de la marca España.

Podremos así otorgarles el reconocimiento que merecen a sus obras o creaciones y protegerles del plagio, equiparándoles a los escritores, científicos e inventores.

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