Ávila gastronómica
Mística y amurallada
Autor: Juan Antonio Díaz
Fecha Publicación Revista: 01 de febrero de 2015
Fecha Publicación Web: 01 de febrero de 2015
Revista nº 466
Por más que se intente, es imposible desasir a Ávila de esa estela de misticismo que proporciona la Santa. No es en vano que exista en la ciudad un Centro Internacional de Estudios Místicos (avilamistica.es) y un Centro Internacional Teresiano-Sanjuanista “Universidad de la Mística” (mistica.es), creado en 1986 en el marco del cuarto centenario de la muerte de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz (1982 y 1991 respectivamente). No es de extrañar, por tanto, que lo más interesante de la ciudad –aparte de la muralla, que es lo único que puede hacer sombra a santa Teresa– sean sus edificios religiosos.
Cada piedra de la ciudad guarda recuerdos del paso de la Santa andariega. Centrándonos en lo estrictamente teresiano cabe mencionar en primer lugar, el convento barroco de Santa Teresa, edificado en 1636 sobre el solar que ocupó la casa donde nació la Santa. En el paseo de la Encarnación está el Monasterio de la Encarnación, que alberga el Museo Teresiano y que fuera residencia de la Fundadora durante treinta años, los dos últimos confortada por la compañía de su director espiritual, san Juan de la Cruz, el otro gran místico abulense. El convento de San José o de las Madres, que fue la primera fundación de la Santa (1562), incluye una iglesia de estilo herreriano y pinturas de la escuela madrileña de fines del siglo XVII.
Iglesias, claustros y palacetes extramuros
Siguiendo con los edificios religiosos, hay que referirse necesariamente a la Catedral, uno de los monumentos artísticos más significativos de la ciudad y ejemplo perfecto de la idea que presidió su nacimiento como conjunto urbano y su desarrollo a lo largo de los siglos: la síntesis entre religión y milicia. La iglesia de San Vicente, extramuros, frente a la puerta homónima, es uno de los templos canónicos del románico temprano.
También extramuros, la iglesia románica de San Pedro, más modesta, o el vecino Real Monasterio de Santo Tomás, con tres claustros góticos y dos tumbas, una que da cierto repelús por tratarse de la del inquisidor Torquemada y otra de impresionante belleza como es la del príncipe don Juan, el único hijo varón de los Reyes Católicos, adolescente de mármol, intensamente pálido y hermoso, que grabó el cincel del artista florentino Domenico Fancelli.
Frente a tanta espiritualidad, los edificios civiles están en inferioridad, aunque los haya tan cabales como el palacio de Valderrábanos o el de los Velada, frente a la catedral, convertidos ambos en hoteles de lujo; el palacio de los Serrano, hoy en día Espacio Cultural de la Fundación Caja de Ávila; el palacio de Polentinos, sede del Archivo Militar del Ejército; el palacio de los Verdugo, de propiedad municipal que acoge distintas dependencias oficiales; o el palacio de Juan de Henao, convertido en parador con el reconocible toque interiorista de Pascua Ortega.
Tierra de cantos y santos
Ávila vive mayoritariamente del turismo y de los servicios. Serpentear sin prisa por las sugestivas calles de la amurallada ciudad de Ávila es uno de los pocos ejercicios mágicos al alcance de cualquiera que no haya sucumbido a la era tecnológica. La UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a este lugar, “tierra de cantos y de santos”.
Extramuros e intramuros, la ciudad esconde numerosos secretos en claustros abrigados, patios de vecindad y de palacio, blasones y espadañas. Un movimiento veloz de faldas y sotanas, de tocas volanderas y corpiños, de amas de casa y funcionarios circula por las calles antiguas y modernas, abarrota los paseos y las plazas y llena los bares, cafés y restaurantes, sobre todo, restaurantes.
A pie de barra
En los alrededores de la catedral se concentran los locales de tapas más frecuentados por los abulenses. Algunas referencias: La Bodeguita de San Segundo (San Segundo, 19), especializada en carpaccios, ahumados, patés, carnes de Ávila y cocido una vez a la semana acompañados de cientos de referencias vinícolas. (25 €).
En la misma calle, en el número 40, Alavirulé, local moderno frecuentado por el público más joven. Rica gastronomía y copas (15 €) y también Cáramel (San Segundo, 30), donde sus jóvenes propietarios aseguran estar listos para dar desayunos comidas, meriendas, cenas y lo que se tercie (15 €). Los Tres Caracoles (Plaza de la Catedral, 15), cazuelitas, guisos, y vinos por copas son las credenciales de este local atendido eficazmente por el sumiller José Antonio María.
Un poco más alejado del área catedralicia está Aguilucho Bar (San Juan de la Cruz, 1) un local pequeño, muy popular en la ciudad que oferta un buen surtido de tapas tradicionales -callos, morro, rabo, magro, revolconas, torreznos, riñones y patatas con salsa..- por unos 20 €.
A mesa puesta
Hay quien dijo que la única revolución cumplida en Ávila fue la de santa Teresa de Jesús, que ató con un hilo a las cigüeñas para que le decorasen las espadañas de los conventos, pero justo es reconocer que en los últimos tiempos ha habido significativos movimientos en la restauración abulense y como muestra este repaso por la ciudad con el que se pretende de mostrar que la “más siglo XVI de las ciudades españolas”, universalmente conocida por su muralla, sus iglesias y sus Cuatro Postes, también cuenta con interesantes novedades dentro de una buena oferta hotelera y gastronómica.
El Almacén, situado extramuros, es sin duda alguna el mejor restaurante de la ciudad. De su cocina se ocupa Isidora Beotas, mujer con un perfil de rasgos delicados y elegantes y unas señas de identidad que denotan una distinguida cultura y formación, capaz de elaborar con toda naturalidad recetas de cocina tradicional o creativa, sencilla o compleja, abulense o foránea, siempre desde un punto de vista muy particular, sin mostrar ninguna preocupación por aligerar o suavizar el contenido.
La bodega del restaurante es sencillamente espectacular. Julio Delgado, esposo consorte, eminente sumiller y avezado director de sala, ejerce de perfecto maestro de ceremonias en el complicado arte de armonizar platos y vinos. (60 €) Cerca del anterior se encuentra Toixos, restaurante donde oficia Iván Hernández Blázquez, conocido por ser concursante del programa televisivo Top Chef en su primera edición.
Su oferta se basa en un exquisito menú de degustación con ocho platos que demuestra inquietud por innovar la cocina abulense. El televisivo chef lo define así: “Queremos crear nuestro propio concepto de cocina con la idea de establecer una dinámica cambiante en la carta para ofrecer sensaciones diferentes con cada uno de nuestros platos y que la comida no se convierta en algo monótono.” (50 €)
En pleno centro y muy cerca de la plaza del Mercado Chico está El Cinco, que muestra credenciales de cocina creativa (bacalao confitado con tabaco de Candeleda y sopas de ajo o presa ibérica con puré de bellota, lombarda y moras) elaborada con productos de mercado con la posibilidad de tapear o comer de manera informal, e incluso de tomar copas en un ambiente tranquilo. (40 €)
Escondido en una calle por la que da la sensación de que apenas pasa nadie, está Los Candiles, un pequeño comedor siempre abarrotado que presume de servir el mejor chupetón de Ávila y donde también lucen el cochinillo, las chuletas de cordero, el redondo de ternera y unas espléndidas patatas revolconas con torreznos. (40 €)
A tiro de piedra del anterior, junto al Ayuntamiento se encuentra Soul Kitchen, un gastropub divertido y desenfadado que destaca por su gran variedad de vinos, tapas y platos como humus con flor de huevo; doritos de pimentón y trufa cremosa; patatas con soul o solomillo con crema de setas, así como por un ambiente fresco y cargado de energía positiva que se sale de lo que se acostumbra a ver en la ciudad.
Y como digno representante de la cocina tradicional está Las Cancelas, clásico castellano con un leve toque de innovación en el que resulta imprescindible abrir boca con sus espléndidas croquetas o los deliciosos torreznos, para pasar a continuación al chuletón avileño, el tostón o el cordero hechos a la parrilla o en horno de asar respectivamente. Precioso patio interior. (35 €).
Guía práctica |
Dónde comer Ctra. Salamanca, 6 Ctra. de Salamanca, 3 Plaza Mosén Rubí, 5 Los Candiles Pedro de Lagasca, 5 Tel.: 920 21 31 02 Caballeros, 13 Cruz Vieja, 6 |
Dónde dormir Pl. de la Catedral, 10 Palacio del siglo XVI situado al lado de la catedral. Habitación doble: Entre 62 y 112 € Pl. de la Catedral, 9 Un palacio del siglo XIV, recientemente renovado,que conserva una portada guarnecida bajo arco polilobulado. Habitación doble: A partir de 49 € Marqués de Canales de Chozas, 2 El que fuera palacio de Juan de Henao es, desde los años 70, uno de los mejores paradores de la Red. Exquisita decoración a cargo del interiorista Pascua Ortega. Habitación doble: 80 € Paseo de la Estación, 17 Habitación doble: Entre 50 y 60 € Don Jerónimo, 3 Edificio modernista situado en pleno corazón de la ciudad. Habitación doble: Entre 50 y 60 € Cruz Vieja, 6 Antigua posada del siglo XV. Habitación doble: 70 € |