Entrevista a Josep Lluís Bonet

Optimista y apasionado

Autor: Xavier Agulló
Autor Imágenes: Freixenet
Fecha Publicación Revista: 01 de diciembre de 2014
Fecha Publicación Web: 28 de noviembre de 2014
Revista nº 464-465

La grandeza, en Josep Lluís, es no sólo su enorme capacidad profesional, sino también su heterodoxia personal. Practicidad y pasión; erudición e intuición.

Su mirada es amable pero firme. Su discurso es abierto pero exacto. Su feeling es pausado pero indudable. Josep Lluís es un peso pesado en el “gran juego” del business global. “Y un optimista”, me advierte justo antes de la charla… Este año, Freixenet celebra su primer centenario.

Club de Gourmets.- 100 años, se dice pronto…

Josep Lluís Bonet.- Pero muy positivos. Hemos podido desarrollar todo lo que nos hemos propuesto la familia, y eso a partir de la enormes, incluso extremas, dificultades…

¿Dificultades?

Sí. La Guerra Civil y la revolución social que se produjo, para empezar. Mi abuelo fue asesinado y Freixenet se colectivizó. Volvimos a recuperar la empresa tras la contienda.

entonces…

Más dificultades: las mujeres, demostrando un gran coraje, tomaron las riendas de Freixenet. Ahí estaba la abuela, Dolores Sala, que lideró la firma gracias a su conocimiento del mundo del vino. Fue también ella quien cohesionó a toda la familia.

Y hasta ahora, porque Freixenet sigue siendo una de las grandes empresas totalmente familiares…

Cierto. Toda la cúpula es familiar. Y los demás son “cuasifamilia”.

Y número 1 en el mundo.

Por volumen en vino espumoso de calidad. Aparte de la relevancia general de Freixenet tanto en los espumosos como en los tranquilos. Tenemos 21 empresas bodegueras y 40 comerciales por todo el globo.

Una auténtica multinacional.

De acuerdo; pero con espíritu familiar, catalán, español, europeo… y vocación universal.

Con productos de alto nivel como los cuvée Prestige.

Con estos Prestige demostramos nuestro objetivo de ser los mejores en cada segmento, incluyendo el de la máxima calidad. Pocas empresas pueden alardear de tener ocho productos que dan la máxima talla en el mundo. Ahí están para demostrarlo: Trepat Freixenet; Monastrell Xarel.lo Freixenet; Elyssia Gran Cuvée Freixenet; Elyssia Pinot Noir Freixenet; Cuvée DS Freixenet; Reserva Real Freixenet; Casa Sala Freixenet y Malvasía Freixenet.

Algunos de ellos más que la talla…

Hace pocas semanas el Brut Trepat Rosé ha quedado como el mejor del mundo en una cata a ciegas en Londres. Con un detalle que también nos enorgullece mucho: está elaborado con una uva autóctona que hemos recuperado, el trepat.

¿Le pueden mucho a Josep Lluís Bonet la emoción, la pasión?

Yo soy cien por cien pasión. Y cada día me sigo emocionando con mi trabajo, en todas las áreas que he desarrollado en mi vida: Freixenet, el magisterio, el fútbol…

¿Fútbol?

Sí; fuí entrenador de fútbol desde 1986 hasta 1996. Entrené al Cervellóy al La Palma de Cervelló. Grande y sala. Llegamos a ser subcampeones de España.

Entiendo que su deporte es el fútbol.

Totalmente. Jugué mucho, de extremo, porque era el que tenía más reprise. Pero una lesión acabó con mi carrera (risas).

Ya no practica…

No. Ahora me dedico a leer, a ir al cine y sobre todo, a escuchar música clásica… Bach, Mahler, Richard Strauss… Yo trabajo y escribo siempre con música.

Volviendo al Centenario…

Seguiremos celebrándolo hasta 2015. Editaremos un libro de la historia de Freixenet, hemos hecho dos conciertos de música clásica –Madrid y Barcelona- hacemos comidas de celebración con distintos sectores, presentaciones, etc. Y hemos creado 100 botellas manipuladas por 100 artistas que se exhibirán en una muestra itinerante y que finalmente se subastarán con fines benéficos.

Bajemos a la tierra. ¿Cómo vive desde Freixenet este tiempo de convulsiones?

¡Yo soy optimista! Tenemos un gran futuro y Freixenet está lanzado hacia adelante, aunque en el conjunto del mundo seamos una pyme. Así y todo, estamos presentes en 141 países y en muchos de ellos somos líderes del mercado. ¿Por qué estamos en esta posición tan ventajosa? Por Josep Ferrer, que fue un visionario de la globalización y nos situó internacionalmente.

¿Y España?

Si el mundo es el punto fuerte de Freixenet, España es el punto débil. El cava ha llegado a destronar al champagne en exportación mundial, y seguimos arriba.

¿Con qué argumentos?

La relación calidad-precio del cava, éste es el parámetro principal. Ahora los objetivos son recuperar posiciones en España y llegar al liderazgo total en el mundo.

¿Cuál es el problema en España?

Pues que los bodegueros somos pecadores… Somos pequeños. No nos unimos, vamos por separado. Además, se han hecho políticas que han dañado el sector, ha habido boicots… Luchamos contra el propio pecado y contra las adversidades ajenas.

¿Soluciones?

La unión hace la fuerza, y tenemos ejemplo de ello en otros sectores. Creo mucho en la Interprofesional del Vino de España, porque ahí estamos juntos bodegueros y viticultores. En cuanto a la promoción, el Consejo Regulador del Cava tiene un departamento específico y también está laCofradia del Cava. Por otro lado, la política se ha de serenar. Y finalmente, tengo mucha fe en el enoturismo.

Fomentar el consumo…

Sí, porque el cava se puede beber en cualquier momento del día o de la noche. A mí personalmente me gusta para el aperitivo, y en las comidas lo compatibilizo con el vino. Otro momento perfecto es el postre, en este caso con nuestro Malvasia.

¿Qué virtudes remarcaría en el cava?

Vivificante por las burbujas, fresco, agradable al paladar. Un producto organolépticamente excelente y con baja graduación.

Y que hace fiesta.

Sí; pero creo que el cava debe trascender la fiesta, el hecho de la celebración. Hay muchas otras ocasiones para disfrutarlo.

El problema es que la juventud prefiere otras bebidas…

Éste es uno de los grandes retos… En España es difícil, aunque tenemos buenos ejemplos en otros países para mirarnos. Hay que trabajar mucho en el fomento del cava como alternativa a otras bebidas entre la gente joven. Creo que el enoturismo puede ser una gran herramienta en ello, un gran recurso. Afortunadamente, el cava tiene alrededor un mundo fantástico lleno de naturaleza, historia, sentimiento… Todo esto es parte de la experiencia enoturística que puede acercar el cava al público más inquieto.

El champagne nos lleva ventaja…

De 200 años. Pero no olvidemos que la relación precio-calidad del cava nos ha puesto en la cima, y no olvidemos tampoco que a día de hoy hay cavas mejores que el champagne, y no lo digo yo sino las muchas catas nacionales e internacionales que lo atestiguan.

Ahí está el futuro; pero, ¿y el futuro de Freixenet?

Desde luego, seguir nuestro camino hacia consolidar el liderazgo universal. Somos la tercera generación y todavía nos quedan unos 10 ó 15 años más en la cúpula directiva antes de que se produzca el relevo hacia la cuarta, algunos de cuyos miembros ya trabajan en la casa.

¿Cómo se plantea este relevo generacional?

Bien; ahora somos 12 personas de la familia en el consejo de administración…

Pero la siguiente generación es mucho más numerosa. ¡Serán unos 40 ó 50!

¡Caramba!

Es que la tercera generación ha sido muy prolífica…

Pero entonces…

Seguramente habrá que cambiar las formas, el sistema. Estamos reflexionando sobre esto.

¿Alguna conclusión?

Ninguna definitiva todavía, porque seguimos en ello; pero una posible línea de futuro podría ser la salida a bolsa…

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