45 años Club de Gourmets
De norte a sur
Autor: Enrique Domínguez Uceta
Autor Imágenes: Enrique D. Uceta / Unsplash
Fecha Publicación Revista: 01 de abril de 2021
Fecha Publicación Web: 06 de abril de 2021
Paralelo 45°N
Un paralelo muy de tierra. Sobre ella transcurren 20.000 de sus 28.305 km, en un hemisferio norte que posee la mayor parte del territorio emergido, 100 millones de km2, y que acogen el 88% de la población del planeta. El tramo más sofisticado de la línea imaginaria se encuentra en Europa. Partiendo del meridiano de Greenwich hacia el este, se transita por el sur de Francia. En Italia se acerca a Turín, y atraviesa el país hasta el Véneto. Tras bañarse en el Golfo de Venecia, ensarta Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Rumania. Se vuelve a mojar en el Mar Negro antes de entrar en Ucrania, cruzar Rusia, Kazajistán y Uzbekistán, para llegar a China en la región autónoma de Sinkiang, fronteriza con Mongolia y salta al norte de Japón, a la isla de Hokkaid. Volando sobre el Pacífico, llega a la costa oeste de Estados Unidos por Oregón donde tiene un largo trazado hasta Canadá a la altura de Ontario, y retorna a USA por los estados de Nueva York, Vermont, Nuevo Hampshire y Maine, de insuperable belleza en otoño. Abandona América por Nueva Escocia, otra vez en Canadá, y sigue su recto camino sobre el Atlántico hasta regresar a Francia al norte de Burdeos.
Venecia - Italia
Todo invita al placer
La ciudad más bella del mundo está junto al paralelo 45. Su existencia es un milagro que resiste las presiones del turismo. Siempre maravilla al descubrirla, pero es aún mejor cuando se vuelve a ella sin la obligación de verlo todo. Pasear entre palacios que surgen de la laguna, detenerse en la plaza de San Marcos, navegar por el Gran Canal, en vaporetto y en góndola, cruzar el puente de Rialto y curiosear en el mercado de La Pescaria. Vagabundear por callejones solitarios, comer junto al canal, en una sencilla ostería o en la terraza del fastuoso hotel Danieli. Después, dejar pasar la tarde bebiendo spritz, a base de Prosecco y Aperol, probando el coctel Bellini del mítico Harry’s Bar, o sentándose en el Café Florian en la plaza de San Marcos, como han hecho todos los viajeros, políticos y escritores que han acudido a Venecia desde su apertura en 1720, y sentir Venecia.
Sinkiang - China
La Ruta de la Seda en Asia Central
En su trayecto por Asia el paralelo viaja por la región autónoma Uigur de Sinkiang, que atesora las esencias asociadas a la Ruta de la Seda. Se aproxima a la ciudad de Karamay, en pleno desierto, poseedora de enormes reservas de petróleo, en la zona de Asia Central menos accesible a los viajeros en este trayecto. La región más occidental del país cuenta con estepas y montañas elevadas, es tierra de pastores nómadas y el hogar de la etnia uigur, que tiene su propia lengua y religión mayoritariamente musulmana. China la está abriendo al turismo, al igual que su vecina Qinghai, mostrando un espacio ignoto, de espectacular naturaleza, con una civilización de austeras estepas y baja densidad de población, junto a Mongolia y Rusia. Tienen una cocina centrada en los cereales, con diferentes tipos de fideos y panes, y en el cordero, normalmente preparado en kebab, del que se aprovechan incluso cabezas y tendones.
Montreal - Canadá
Esplendor de bosques y lagos con acento francés
El paralelo 45 sirve de frontera entre Canadá y Estados Unidos muy cerca de Montreal, la mayor ciudad de Quebec y una de las más antiguas del país, con presencia de la cultura francesa de sus fundadores. Situada en una isla del río San Lorenzo, su ambiente recuerda a Europa en el centro histórico, en el puerto viejo y en la animada calle Saint Paul. La colina-parque de Mont Royal conecta con el Plateau Mont Royal, lleno de encanto, con sus casas bajas, restaurantes y bares. Montreal es ideal para desayunar cruasanes, probar bagels, roscos de pan salado y crujiente, escuchar jazz o disfrutar del mejor destino gastronómico canadiense al gusto europeo en locales como Le Club Chasse et Pêche. Al sur, en la provincia de Ontario, se producen los reputados y exquisitos vinos de hielo. Por el este se entra en Vermont, Estados Unidos, con bosques de ensueño en los días de otoño.
Burdeos - Francia
Patrimonio, ostras y viñedos
Excelente punto final para la vuelta al mundo por el paralelo 45 en una ciudad con alta calidad de vida, surgida de un puerto fluvial en la orilla del río Garona, que marcó su futuro como capital del vino, del lujo y de la cultura. Es Patrimonio de la Humanidad por su largo puente de piedra, el centro cuajado de templos medievales, y callecitas repletas de restaurantes, junto al Burdeos burgués y elegante del siglo XVIII. Es un placer acudir a las representaciones del Gran Théatre, ver las boutiques de la avenida Georges Clémenceau y Tourny, pasear por el selecto barrio de Chartrons con sus anticuarios y sus mansiones, y descubrir las maravillosas enotecas. Después de las escapadas a los viñedos de Médoc y de Saint-Emilion, y a la bahía de Arcachon, hay que volver y buscar un vino en el monumental santuario de L’Intendant, para brindar por una vuelta al mundo siguiendo el paralelo 45N.
Paralelo 45°S
Un paralelo marinero, que transcurre en un 97 % sobre el Índico, el Pacífico y el Atlántico. Viaja por los Mares del Sur, que los navegantes definen por su latitud y la fuerza de sus vientos. Los conocen como los rugientes 40°, los aullantes 50°, y los bramadores 60°, que eran el terror de los veleros, soplando por encima de los 100 km/h. Los marinos decían que a partir del paralelo 40 no hay ley, y más allá del 50 no hay Dios. El 45° S no es tan peligroso, pero las tierras que atraviesa están bendecidas con la belleza natural en estado puro. La línea pasa al sur de África, Australia y Tasmania, para atravesar Nueva Zelanda por su Isla Sur, cerca de Queenstown. Desde la costa este neozelandesa, el paralelo avanza 9.000 km sobre las aguas solitarias, y llega a Chile a la altura de la región de Aysén, de intensas lluvias y bosques prodigiosos, para cruzar la provincia argentina de Chubut y abandonarla al norte de Comodoro Rivadavia, para recorrer más de 18.000 km de Atlántico y Pacífico antes de completar el círculo
Queenstown - Nueva Zelanda
Naturaleza y deportes extremos
La isla Sur de Nueva Zelanda es tierra de glaciares y lagos de chorreante esplendor natural. Queenstown, en la región de Otago, es la ciudad más cercana al paralelo 45 S, y se asoma al lago Wakatipu al pie de los montes Remarkables. Está considerada capital mundial de los deportes extremos, desde puenting y parapente, a jetboating, para volar en lancha sobre el agua, surf en el río, rafting, y todo tipo de esquí. Nadie que llegue hasta nuestras antípodas debería dejar de navegar por el extraordinario cañón de Milford Sound, cerca de la fauna antártica, y hacer senderismo en la naturaleza deslumbrante del Milford Trackpad. Los mejores restaurantes están en Arrowtown, ideales para probar salmón y mariscos deliciosos, cordero asado, pato y venado, acompañados por los buenos vinos de la Isla Sur, en especial los de Otago y los de Marlborough.
Puerto Aysén - Chile
Glaciares, termas y selva fría
La grandiosa naturaleza de Chile se concentra en la región de Aysén, en la selva fría que impone su presencia poderosa, prístina, indomable. Allí los Andes se hunden en el océano Pacífico, atrapando las lluvias que riegan el denso bosque, casi deshabitado. Un laberinto de islas y canales protege la costa rebosante de fauna marina. Cerca del paralelo 45, desde los remotos Puerto Aysén y Puerto Chacabuco parten los catamaranes a la Laguna San Rafael, donde el glaciar San Valentín llena de témpanos la albufera. Al norte de Puerto Cisnes afloran manantiales de agua caliente junto al mar, que aprovecha el exclusivo hotel Termas Puyuhuapi para ofrecer los placeres del spa disfrutando en su exquisito restaurante de los mejores pescados y mariscos, y del cordero patagónico acompañado por un vino chileno, quizá de uva carmenere, antes de subir al Parque Nacional Queulat para ver grandes bloques de hielo desprenderse del Ventisquero Colgante y precipitarse al vacío sobre un pequeño lago glaciar.