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Bebidas refrescantes

Autor: Ismael Díaz Yubero
Fecha Publicación Revista: 01 de junio de 2019
Fecha Publicación Web: 09 de julio de 2019

Refrescarse con una bebida agradable cuando se tiene sed es uno de los mayores placeres. Los manantiales de agua fresca y carbonatada fueron más valorados que los yacimientos de metales preciosos, sobre todo cuando se descubrieron los efectos beneficiosos en el aparato digestivo, como sucedió con el de Selters en Alemania. Su agua (de Seltz) se hizo famosa, pero su consumo solo podía seguir siendo local, hasta que a finales del siglo XVIII se embotelló y se convirtió en bebida favorita de reyes.

Poco después consiguió carbonatarse artificialmente y si se cerraba bien el envase se podía comercializar como medicina, porque disminuían los vómitos, favorecía la micción y calmaba dolores intestinales, lo que explica que su comercialización se realizase por las boticas. Los farmacéuticos añadieron jarabes y crearon los antecesores de los refrescos, que según su composición curaban desde la sífilis a la apoplejía.

Con ácido tartárico y un gasificante, que era bicarbonato sódico, se crearon las gaseosas en polvo, que se impusieron al final del siglo XIX y todavía, aunque residualmente, pueden encontrarse en el mercado. Poncil, Sidral, Armisén (declarada de utilidad pública), o El Tigre se apoderaron de las mesas españolas. Poco después se inventaron los sifones y el vino tinto con sifón se hizo bebida nacional.

Llegaron las gaseosas y una de ellas, un elixir hecho con productos estimulantes, Coca-Cola, que nació en 1886, se comercializó como medicina. Diez años después estaba en todos los Estados Unidos, se asomaba a Canadá y México y pronto conquistó Europa, Asia, Oceanía y África. Hoy está considerada como la marca más valiosa y la más famosa del planeta, conocida por el 94% de la población mundial, está valorada en más de mil millones de dólares.

Refrescos españoles

Trinaranjus, que es valenciana, se desarrolló de la mano del Dr. Trigo y tras pertenecer a Cadbury, Schweppes y Suntory mantiene la producción original y muchos refrescos variados. De Alemania llegó a Álava Roman Knörr y tras elaborar varios refrescos, entre ellos As, modernizó su comercialización y su publicidad. Anteponiendo su inicial fundó Kas, creó un equipo ciclista que con Bahamontes ganó el Tour de Francia y se multiplicaron las ventas.

La Casera nació en Barcelona y se extendió mediante sistema de franquicias por toda España aprovechando pequeñas fábricas ya existentes. A la gaseosa se unieron refrescos de naranja, limón y cola, modernizaron envases y presentaciones e inventaron el tinto de verano.Hoy está integrada en Schweppes.

Mirinda es también de origen español y su nombre, en esperanto, significa admirable y maravilloso. Aunque su comercialización en España ha sido mínima, integrada en Pepsico es líder en varios países hispanoamericanos e importante en algunos de Europa, Asia y África.

Tónica y gin-tonic

Johan Schweppes comercializó en Inglaterra el primer refresco de limón del mundo, aunque su verdadero éxito lo consiguió cuando supo que en la India los soldados ingleses para combatir la malaria tomaban una bebida amarga, con quinina, que mejoraba cuando añadían zumo de limón. Si se mezclaba con ginebra se obtenía una bebida “larga, viva y ligera” y el gin-tonic se consolidó.

Guillermo IV lo elogió públicamente, aumentó su prestigio y se difundió por todo el mundo. A España llegó tarde, en 1957, pero nos hemos convertido en el país más consumidor de agua tónica del mundo; paralelamente ha crecido el consumo de ginebra.

Bebidas isotónicas

Si al agua se le agrega sodio en forma de bicarbonato, potasio, sacarosa y glucosa, se facilita su absorción por el organismo, conveniente cuando por alta actividad física se ha producido una pérdida importante. Ayudan a la recuperación tras el esfuerzo y mejoran el rendimiento ya que aportan glucosa y previenen su bajada en sangre (conocidas en el argot deportivo como pájaras) porque los azúcares, al estar disueltos en agua, pasan rápidamente del aparato digestivo a la sangre.

La composición de las aguas isotónicas es variable: pueden contener aminoácidos, dipéptidos, vitamina C, algunas del grupo B, saborizantes y colorantes que cumplen funciones organolépticas. Hay bebidas isotónicas “light”, exentas de azúcares para quienes desean controlar la glucemia. Su consumo se ha generalizado por deportistas y quienes cuidan la ingesta de sales minerales.

La más famosa es Aquiarius, presentada en Japón y destinada a practicantes de esfuerzos continuados. En España se introdujo en 1991 –su consumo se difundió al ser considerada bebida oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona–, contribuyendo a dar una imagen favorable para la prevención de deshidrataciones. Las que gozan de mayor comercialización son Isostar, Powerade, Gatorade y San Miguel 0,0.

Bebidas energéticas

Diversos principios activos, disueltos en agua, que tienen la propiedad de aumentar el nivel de atención, concentración o reacción, es el origen de esta bebida. De elaboración artesana y comercialización antigua, en algunos países asiáticos y sudamericanos se consumían buscando un efecto similar al producido por las hojas de coca.

Industrialmente empezaron a elaborarse en Austria –donde nació nació Red Bull–, que en 1995, irrumpió en el mercado europeo y pasó a Estados Unidos, el máximo consumidor mundial. En su composición entran distintos energizantes –cafeína y taurina y en menor medida carnitina y ginseng–, con propiedades paliativas de la sensación de agotamiento.

Su ingesta se recomienda para evitar la fatiga, aumentar la capacidad mental o incrementar la resistencia física, porque proporcionan energía y disminuyen la sensación de cansancio por la acción de sustancias psicoactivas que actúan sobre el sistema nervioso central inhibiendo a los neurotransmisores, que hacen llegar al cerebro las sensaciones de fatiga y sueño.

En condiciones normales no crean problemas, pero en casos extremos alteran el metabolismo, especialmente en situaciones laborales, deportivas o de diversión muy prolongadas, que generan estrés, arritmias y ansiedad.

La población que mayoritariamente consume estas bebidas, está formada por jóvenes frecuentadores de la vida nocturna que las ingieren mezcladas con bebidas alcohólicas. Sus efectos en reuniones colectivas, sobre todo en fines de semana, pueden ser graves porque se tarda más en percibir los síntomas de la borrachera, lo que ha hecho que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), se haya preocupado por el tema y redactado consejos reguladores de su utilización.

Red Bull fue la primera marca en comercializarse y sigue siendo líder en ventas, pero Monster, (del grupo Schweppes, comercializada en España por Osborne) y Burn (de Coca-Cola) están próximas y al tratarse de un sector muy ágil y agresivo se producen cambios frecuentes para captar la fidelización de estudiantes, deportistas o público noctámbulo, porque el incremento del consumo de bebidas energéticas incita a las multinacionales a invertir en el sector.