María del Yerro

La unión hace la fuerza

Autor: Ana Marcos
Autor Imágenes: Carlos Luján
Fecha Publicación Revista: 01 de octubre de 2024
Fecha Publicación Web: 01 de octubre de 2024

Ilustres nombres de la vitivinicultura nacional se congregan en esta asociación, desde Fillaboa a Dehesa del Carrizal, Alvear o Cortijo los Aguilares hasta un total de 34 casas bodegueras. Y desde luego no falta Marqués de Griñón, cuyo creador y propietario, el aristócrata Carlos Falcó, fundó Grandes Pagos de España (GPE) en 2004. Su objetivo es promover la calidad de sus vinos mediante un exigente manifiesto de 10 puntos (sintetizado a grandes rasgos en la apertura de esta sección), que todos sus miembros deben respetar, y que abarca desde la singularidad del terruño a la sostenibilidad, el I+D o el cultivo de sus propias uvas. Este año cumplen 20 desde su fundación y María del Yerro sabe muy bien de lo que habla porque, junto a su marido Alonso del Yerro, crearon la reconocida bodega del mismo nombre, miembro de GPE desde 2010. Ahora describe para Gourmets, con todo lujo de detalles el presente de esta prestigiosa asociación.

¿Cuál fue el germen de la creación de Grandes Pagos?

Todo empezó entre un grupo de bodegueros, liderado por Carlos Falcó, que pensaban que debían cultivar y elaborar sus vinos con una serie de importantes requisitos buscando la calidad. Se llamó Grandes Pagos de Castilla porque los cinco socios tenían sus bodegas allí. Luego, cuando hubo casas de otros lugares que quisieron entrar, se cambió el nombre a Grandes Pagos de España.

¿Impresiona? Eres la primera mujer que preside Grandes Pagos de España.

He tenido unos predecesores importantísimos como son Carlos Falcó y Toni Sarrión. Grandes Pagos entraba en una fase en la que éramos demasiado técnicos y nos faltaba comunicación, que la gente nos conozca tanto en España como fuera es mi gran objetivo. También hemos hecho unos protocolos de admisión más estrictos.

Aparte de que hacer buenos vinos, ¿cómo se entra en GPE?

Periódicamente se catan a ciegas todos los vinos de los asociados por el Comité de Expertos Catadores y también los de aquellas bodegas que quieren entrar. El anterior presidente, Toni Sarrión, decidió que las catas se externalizaran –antes lo hacían los mismos socios– y más tarde, siendo ya presidenta, propuse que fueran rotativas. Siempre es bueno tener opiniones objetivas y no crear dudas. Si algún vino no da la talla se informa al socio, hasta llegar a no poder participar. Somos muy rigurosos.

¿Al aceptar el puesto, cuál creías que debía ser tu cometido más importante?

Mi principal objetivo es darnos a conocer y que cuando la gente oiga Grandes Pagos de España sepa lo que es, tanto el público general como el profesional. Y lo mismo fuera de nuestro país.

The Terroir Workshop es una de vuestras últimas iniciativas para ello.

Es un programa didáctico y dinámico para los que hacen el curso, presencial y de dos días, para dar a conocer los grandes vinos que se hacen en nuestro país. Lo estamos lanzando en México y en Estados Unidos –Miami, San Fran-cisco y Los Ángeles–. Es para expertos, sumilleres… se estudia cada zona vitivinícola de España, variedades de uva, etcétera. Los alumnos se examinan y se les da un certificado, de asistencia o de aprobado.

Una forma de buscar la expansión internacional.

También daremos este curso en Inglaterra y más tarde en Japón. Cada ciudad tiene su Brand Ambassador, gente con peso en el mundo del vino que, luego, imparten esos cursos a su vez. También organizamos viajes para nuestros enólogos que, además, están en contacto directo entre ellos para intercambiar información con sus colegas de las otras bodegas GPE, consultar dudas o cambiar impresiones.

Ahora está entrando en Grandes Pagos una segunda generación.

Los jóvenes llegan a la asociación con nuevas ideas y sueños. Siempre hay que evolucionar y mi idea es adaptar sus iniciativas, la gente joven es fundamental porque aporta una nueva visión. Por otra parte, recientemente hemos tenido la incorporación de Alta Alella y Losada, dos bodegas que cumplen todos los requisitos para estar en Grandes Pagos.

Vuestro Manifiesto Fundacional tiene 10 puntos muy diversos ¿Cuál sería para ti el más importante?

El suelo. Desde siempre asumimos que el vino se hace en el viñedo, no es algo nuevo. Escogemos los tipos de vinos que queremos hacer según los suelos que tenemos. Y por supuesto, también, evidentemente, la calidad de los vinos.

Dando por hecho esta calidad y la filosofía de GPE, ¿cualquier bodega podría entrar?

Respetando esas premisas, puede entrar un Vino de la Tierra, sin denominación o con denominación de origen protegida, un vino de pago… eso no nos importa nada. Para mí Grandes Pagos de España es sinónimo de grandes terruños de España, porque todos los miembros tenemos unas tierras excepcionales. Y aunque la mayoría de las bodegas son familiares, no es un requisito imprescindible.

¿Qué opinión tiene vuestra asociación sobre los Consejos Reguladores?

Deberían estar para ayudar a las bodegas, nunca para limitar. Ya el propio terruño lo dicta y no soy partidaria de poner frenos para obligar a plantar determinadas variedades y otras no. Si el bodeguero ve que sus tierras no son buenas para tal o cual uva ya lo descartará, pero si son buenas…

¿Cómo gestionáis en GPE el tema de la sostenibilidad?

Aunque unos estén certificados y otros no, todas las bodegas de GPE somos ecológicos y no utilizamos herbicidas ni pesticidas. Los enólogos han comprobado el daño que pueden hacer estos productos y somos partidarios de los tratamientos preventivos admitidos. Aplicamos mucho la biodinámica, elaboramos nuestro propio compost, plantamos árboles alrededor y otras iniciativas para favorecer la biodiversidad.

Algunas grandes bodegas actualmente están hablando de subir los precios de sus vinos para que se nos valore más en los mercados internacionales. ¿Qué piensas al respecto?

Creo que tiene que ser el propio vino el que se gane esa subida de precio, no se puede hacer indiscriminadamente. No creo que eso vaya a ayudar. Es verdad que el vino español en general está poco valorado porque ha habido muchos vinos muy malos y muy baratos, y en el exterior no tienen una imagen muy buena de los vinos españoles en general.

¿Cómo ves el futuro de los vinos españoles?

Ahora que tenemos muchos vinos de gran calidad hay que cambiar definitivamente nuestra imagen. Para ello es imprescindible una buena comunicación. En Burdeos, por ejemplo, hay muchos vinos malísimos, pero sólo se habla de los buenos, porque son los importantes. Llamo a las bodegas a que se unan a nosotros, porque la unión hace la fuerza.