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Vinos de Canarias

Más que malvasía

Autor: Ignacio Crespo
Fecha Publicación Revista: 02 de agosto de 2017
Fecha Publicación Web: 01 de julio de 2016
Revista nº 483 - 484

Sobre su incierta historia vinícola algunas fuentes señalan al luso Fernando de Castro como el introductor de la vid en 1497, mientras otros estudios atribuyen su cultivo a la presencia francesa un siglo antes.

Hay constancia de dinámicas exportaciones a Madeira, Jerez e Inglaterra; la alta calidad de los vinos dulces de malvasía y la estratégica situación geográfica favoreció la exportación aunque en s. XVIII se inicia un fuerte retroceso al perder el favor británico frente a madeiras y oportos. Algunos desastres naturales –dado su origen volcánico– y la aparición del oidium y el mildium agravan la situación de modo que junto a las dificultades comerciales se produjo la muerte del sector que no comienza a ver la luz hasta la última década del s. XX.

Las nuevas generaciones de viticultores canarios consiguen situar en el panorama vinícola sus prestigiosas malvasías dulces, además de los blancos secos, rosados y tintos. El archipiélago tiene once DDOO –se reseñan por orden alfabético– y la mención Vino de Calidad Islas Canarias.

Abona

Está situada al sur de la isla de Tenerife y los viñedos –repartidos desde el macizo del Teide hasta la raya costera, (desde 1.700 a 300 m de altitud)– se encuentran en los municipios de Adeje, Arona, Vilaflor, San Miguel, Granadilla, Arico y Fasnia.

Elaboran blancos jóvenes –con predominio de la variedad listán blanco–, rosados y tintos. Aunque se pusieron en marcha algunas bodegas a mediados del s. XX, el mayor impulso se debió a la Cooperativa Cumbres de Abona (1990), que junto a  la Cooperativa Agrícola San Miguel Casmi (San Miguel) y Bodega Fontos  (Grandilla) son las más destacadas de la DO.

El Hierro

Se atribuye el comienzo de la viticultura al británico John Hill (1526), aunque su fin no era elaborar vino sino transformarlo en  aguardientes exportables al Nuevo Mundo, pero hay serias dudas sobre dicha afirmación ya que las islas fueron reconquistadas un siglo antes por los franceses y todo hace pensar que algo harían respecto al tema vinícola en todo ese tiempo.

Una de las mayores virtudes del viñedo herreño es que nunca sufrió la plaga filoxérica por lo que se mantienen la mayoría de las variedades autóctonas y prosperan con pie franco (sin haber sido injertadas en pie americano). La zona de acogida se extiende por toda la isla abarcando los municipios de  El Pinar, La Frontera y Valverde y las zonas productoras más importantes son el Valle del Golfo, Sabinosa, El Pinar y Echedo. Elaboran blancos, rosados, tintos y dulces, siendo los primeros los de mayor tradición y producción. Entre las bodegas reseñables se encuentra El Tesoro (Valverde), El Ysar (El Pinar) y la Cooperativa del Campo Frontera (Frontera).

Gran Canaria

Se atribuye a la época latina la introducción de las vides en Gran Canaria. De hecho, algún texto de Plinio el Viejo menciona una expedición a un país satélite del Imperio Romano que se cree fue la que introdujo la preciada planta en la isla. Eximida de la plaga filoxérica, acoge viñedos autóctonos y de pie franco.

La actual DO surge de la unión de las DDOO Monte Lentiscal –que incluía la zona vinícola de Tafira– y Gran Canaria –que amparaba vinos originarios del resto de la isla– creadas ambas a mediados de los noventa del siglo pasado. Los productores inician en 2004 el proceso unificador salvaguardando como nombre común el de Gran Canaria y reconociendo al Monte Lentiscal como una comarca específica enmarcada dentro de ella. En la isla se elaboran blancos, rosados, tintos y vinos dulces. Los principales productores son Bodega Las Tirajanas (San Bartolomé de Tirajana), Bodegas Mondalón (Tafira) y Bodegas Vega de Gáldar (Gáldar). 

La Gomera

Los conquistadores castellanos (s. XV), introducen la vid en la isla que alcanzaría su mayor esplendor en el s.XVII. Como en el resto de las islas, su aislamiento la salvó de la filoxera, lo que le ha permitido mantener un variado patrimonio vitícola con el que elabora blancos, rosados, tintos y dulces. Entre las principales firmas destacan Bodega Insular (Vallehermoso), Montoro (Hermigua) y Ramón Barrera González (Vallehermoso).

La Palma

Su situación como tierra de paso fue determinante para el desarrollo y comercialización de la viticultura (s. XV-XVI); al ser la más occidental del archipiélago obtuvo la licencia para avituallar los barcos con destino al Nuevo Mundo.

En aquellos tiempos la calidad de las malvasías ya era reconocida, siendo un vino apreciado en las principales cortes europeas, (Shakespeare lo describió como “vino que alegra los sentidos y perfuma la sangre” y Goldoni, Walter Scott o Lord Byron, también los citan). 

A finales del s. XIX los viñedos tienen que disputarle el terreno a las plantaciones de plátano, uno de los negocios florecientes de la isla, además de sufrir el furibundo ataque del mildio y el oidio que acaba con la actividad vitivinícola.

A partir de la creación de la DO La Palma, en 1994, el sector inicia su reconversión: recupera viñedos abandonados, planta nuevas parcelas y mejora la calidad de los vinos. El cultivo se halla en las zonas volcánicas Fuencaliente-Las Manchas, Hoyo de Mazo-Las Breñas y Norte de La Palma-Vinos de Tea, con la mayor producción de vinos jóvenes aunque también elaboran blancos, rosados y tintos –los más notables son los producidos en la subzona Hoyo de Mazo–, mientras que en la subzona de Fuencaliente se produce una gran parte de los blancos de la isla con la variedad malvasía –secos o dulces naturales–; no hay que olvidar los vinos de tea –elaborados con las variedades negramoll y albillo–, vinos muy peculiares envejecidos en barricas de tea (pino canario) que les confiere singulares cualidades organolépticas procedentes de la resina del árbol.

Entre las principales bodegas de la zona se encuentran las Bodegas Teneguía (Fuencaliente), El Níspero-Eufrosina Pérez (Villa de Garafía) y Sat 6223 Bodegas El Hoyo (Villa de Mazo).

Lanzarote

La introducción de la viticultura se atribuye a conquistadores normandos (s.XV), si bien aquellos vinos se limitaban al autoconsumo o como monedad de pago para jornaleros. En 1730, el volcán del Timanfaya entró en erupción (durante seis años cubrió la parte central de la isla de una capa de lava) y los lanzaroteños descubrieron que las vides plantadas tras la erupción prosperaban mejor por las especiales propiedades de la lava que permitían retener la humedad.

 De ahí surge el actual cultivo dentro de hoyos profundos de un material llamado picón para que las raíces lleguen a la tierra vegetal; en ocasiones, han de excavar dos metros para alcanzar tierra fértil. El picón resguarda a la planta y sirve como despensa hídrica ante las escasas precipitaciones.

En esta DO hay una gran tradición de vinos dulces, frescos y florales, elaborados con malvasía volcánica y moscatel –secos, semisecos, semidulces, dulces y naturalmente dulces– que compiten en calidad con los mejores del mundo; también elaboran tintos –de maceración carbónica o criados en barricas de roble– en su mayoría de listán negra, la varidad autóctona. Bodega Los Bermejos (San Bartolomé), El Grifo (San Bartolomé), Bodega Vulcano (Tías) y Bodega La Geria (Yaiza), son las más destacadas de la DO.

Tacoronte-Acentejo

En la vertiente norte de la isla de Tenerife y surcada de trecho a trecho por profundos barrancos que bajan desde las cumbres, es la comarca más amplia y de mayor densidad de plantación de viñedos de las islas. La vitivinicultura comienza entre los siglos XIV y XV con la llegada de los primeros colonos europeos a la isla, siendo un sector que ha sufrido altibajos hasta que a finales del s. XX realizan un importante esfuerzo al cambiar los tradicionales sistemas de elaboración por otros más acordes con los tiempos actuales.

La zona de acogida de la DO comprende los municipios de El Sauzal, La Matanza de Acentejo, La Victoria de Acentejo, Santa Úrsula, Tacoronte, Tegueste, La Laguna, El Rosario y Santa Cruz de Tenerife –que engloba la subzona Anaga–. Elaboran blancos, rosados, tintos jóvenes y con envejecimiento, espumosos blancos y rosados así como sus afamados vinos de licor –blanco, rosado y tinto– de uva sobremadura y de vino naturalmente dulce. Para una mejor identificación de sus vinos, los bodegueros crearon una botella genérica para todos los tipos, donde el logotipo de la DO está grabado en su hombro a modo de orla, así como el nombre de Tacoronte-Acentejo. Entre las bodegas reseñables cabe citar Bodegas Cráter (El Sauzal), Bodegas Insulares Tenerife (Tacoronte) y Finca la Hornaca-Hoya del Navío (Tacoronte).

Valle de Güímar

Las primeras cepas se implantan en el s. XV; Alejandro Coiranescu (1802) menciona que una fanegada de viña da una pipa de vino en Candelaria y dos en los actuales municipios de la zona de acogida Arafo, Candelaria, Güímar y La Orotava. En 1992 un grupo de viticultores del valle inicia las negociaciones para que Güímar fuera declarada subzona de la DO.

Los vinos blancos suponen un 65% de la producción, tanto jóvenes como fermentados en barrica. También se producen tintos jóvenes y envejecidos en barrica. Asimismo, producen rosados, dulces, vinos de licor y desde el año 2002, espumosos con la variedad listán blanco. Entre las bodegas más importantes se encuentran Bodega Comarcal Valle de Güímar (Arafo), Bodega Conteimpo (Güímar) y Bodega El Borujo (Arafo).

Valle de La Orotava

Ubicada al norte de la isla de Tenerife en esta DO predominan las variedades listán blanco y negro, aunque el objetivo primordial ha sido recuperar las variedades tradicionales tintilla, moscatel, albillo, vijariego, marmajuelo y malvasía.

Abarca viñedos cultivados en el valle, al pie del Teide, extendiéndose hasta el mar. Comprende los municipios de La Orotava, Los Realejos y Puerto de La Cruz.

En la zona de Los Realejos hay mayor proporción de elaboración de vino blanco y en La Orotava de tinto; también elaboran rosados, tintos jóvenes y envejecidos en barricas de roble. Destacan las bodegas Suertes del Marqués-Soagranorte (Los Realejos) y Bodega Valleoro (La Orotava).

Ycoden-Daute-Isora

Durante los siglos XVI y XVII, el cultivo de la vid y la explotación a gran escala fue el único motor económico de la comarca –y de la isla–. La Denominación de Origen toma su nombre de los dos menceyatos –reinos de la época Guancha– Ycoden y Daute y de los dominios de la princesa Isora.

El viñedo se extiende desde niveles costeros hasta las máximas altitudes y abarca los municipios de San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod de los Vinos, Garachico, El Tanque, Los Silos, Buenavista del Norte, Santiago del Teide y Guía de Isora. Dentro de esta DO se elaboran blancos jóvenes –los más productivos– además de rosados y tintos, –tanto jóvenes como vinos envejecidos en roble– y blancos dulces. A destacar las Bodegas Insulares Tenerife (Tacoronte), Bodegas Viña Zanata (La Guancha) y las Bodegas Viñátigo (La Guancha).

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