Elaborado con leche de cabra, en los meses de la montanera, enero y febrero,
madurando 10-12 meses durante un laborioso afinado artesanal, conseguimos
una corteza blanca, rota fruto de intensos y continuos volteos, olor intenso destacando
notas caprinas y vegetales de fermentación, textura firme pero blanda, no se desmenuza
pese a tener un año, posee buena solubilidad en boca. Sabor persistente, muy personal y acusado,
destacando los aromas caprinos y un regusto picante y especiado.
Estamos ante un queso muy peculiar y único en el mundo.
Somos una familia de afinadores extremeños
que seleccionamos los mejores lotes para,
después de un arduo trabajo,
llevar a su mesa un producto único y de temporada.
Los quesos elegidos se someten a continuos lavados,
en cuya corteza se desarrolla un “remelo” característico
que le confiere un olor intenso, quedando su textura muy cremosa
y un sabor potente y aromático.