Territorio, el centro de todoPalacios Vinos de Finca (PVF) es la materialización de una idea: la de situar el territorio en el centro de un proyecto vitivinícola destinado a elaborar vinos singulares. Pero no a cualquier precio. Javier Palacios, fundador de este proyecto, ha puesto corazón, visión, talento y capacidad emprendedora en este trío de bodegas cuyo punto de unión es la obsesión por el territorio. Este concepto, el de territorio, es el que defiende en Rioja y Ribera del Duero, donde están instaladas sus bodegas, y es la base sobre la que se asienta su filosofía. Todo parte del territorio, a él se deben Javier Palacios y todo el equipo humano que conforma la familia PVF.El corazónPVF es Javier Palacios; es su corazón, su visión, su talento y su tierra, pero también es su equipo, un conjunto de profesionales de primer nivel que buscan la autenticidad por encima de todo. El origen hay que buscarlo en el carácter emprendedor de Javier Palacios, empresario riojano que, curiosamente, entró en el mundo del vino por Ribera del Duero a través de su participación en Trus en 1999,el mismo año en que se comenzó a plantar viñedo propio. En 2012 la terminaría adquiriendo en su totalidad. Después, vinieron los proyectos en Rioja, Nivarius y Proelio, dos bodegas hermanas vinculadas entre sí por la búsqueda de la expresión del terreno, cada una en su lenguaje. Javier ya estaba “envenenado” por la pasión por el vino y, tras visitar Borgoña, quedó impresionado con el modo de entender el viñedo de los borgoñones, una entrega al origen que le cautivó y que ha instaurado en sus bodegas. Hoy día, el concepto es claro: posicionar PVF en lo más alto del vino español y contar con un patrimonio vitícola de muy alta calidad, micro terruños super dotados capaces de dar lugar a vinos irrepetibles.La visiónDecía Jardiel Poncela que el agricultor es el “hombre que, aunque no sea creyente, se pasa la vida mirando al cielo”. Así es, pero donde se fija la vista en PVF es en el suelo: territorio, geología, composición, orientación... el suelo marca el rumbo, y el esfuerzo se concentra en detectar e identificar micro terruños de excelente calidad, capaces de proveer de materia prima para elaborar vinos con personalidad propia. Un viaje a la Borgoña vitivinícola descubrió aJavier una manera de trabajar la tierra que leimpactó y que ha querido trasladar a su proyecto.Esa vocación agrícola, de mimar viñedoshistóricos y elaborar con sus frutos vinossingulares y reconocibles inspira el trabajo en elequipo y dirige las labores vitivinícolas en las tresbodegas, desde Piñel de Abajo a Nalda. PVF sebasa en el terreno de sus fincas para elaborarvinos bebibles y entendibles, conectados con elorigen e identificables, con personalidad. Un retosencillo de expresar pero difícil de lograr, que sepersigue en cada una de sus tres bodegas: Trus,Nivarius y Proelio.
La búsquedaEn PVF nada se deja al azar o la intuición, eltrabajo es fruto de la observación y el análisisminucioso, pero es el suelo quien marca la pauta,el elemento desde el que parte todo lo demás.El equipo de trabaja con una misma filosofía ensus tres bodegas: es preciso conocer enprofundidad el suelo para poder saber conexactitud qué vinos se obtendrán y qué plantasson las que mejor se adaptarán a ellos. Laviticultura de precisión en su definición máspura.La investigación parte del escaneo del suelo y lacreación de mapas de conductividad, unparámetro que habla de la textura de los sueloshasta una profundidad cercana a los dos metros yde la retención de humedad de esos territorios.Los datos que se recogen se extrapolan y traducenen composiciones de suelo desde la superficiehasta la raíz de las plantas. También permitenplasmar un esquema real de los tipos queconviven en el viñedo, definiendo a la vez susaptitudes vitivinícolas en función de las plantasque hay en ellos o, si se trata de nuevasplantaciones, marcando la pauta para escoger,primero, uno u otro portainjertos (en lugar debasarse meramente en la experiencia previa o lacostumbre) y después uno u otro clon de lavariedad óptima para ese suelo, si se quierenpotenciar aspectos como la frescura, los taninos oel volumen en boca, por ejemplo.Pero el origen siempre es el suelo, y los cambiosen la conductividad marcan también dónde semodifican las composiciones de cada territorio ydónde realizar calicatas para analizar esamodificación y adaptar las plantaciones a lascondiciones del terreno. También se analizanotros parámetros que afectan a la viticultura enese viñedo, como la exposición solar o laorientación.Para PVF, el suelo es esencial, dado que definirálas características del vino que salga de eseviñedo, y los datos sirven para escoger viñedosexcepcionalmente dotados para la viticultura,donde la viña se desarrolla cualitativamente y delos que es posible obtener la máxima expresión dela planta.La tierraEl territorio es el origen. Sin ese principio, no hay historias que embotellar. Conocer el terroir, la composición del equilibrio entre planta, clima y suelo con precisión ayuda a entender por qué los territorios y las uvas que crecen en ellos se expresan de distinta manera. El proyecto cuenta con uno de los mayores gurús del suelo que existen en el mundo, el chileno Pedro Parra, para estudiar las parcelas al detalle y poder aplicar una agricultura medida y precisa que dé como resultado el mejor de los vinos posibles encada finca. El equipo de Parra ha estudiado a fondo las características del suelo utilizando tecnologías que contribuyen a generar un ADN perfecto de cada uno, conocer su potencial para ser materia prima de unos u otros vinos. Altitudes que rondan los 750 metros en Albelda de Iregua y Nalda, los 650 en Badarán y entre 480y 550 en Briones y San Vicente de la Sonsierra conforman un mosaico de territorios que dan juego a la hora de elaborar los vinos riojanos de PVF, Nivarius y Proelio. La altitud es también uno de los parámetros que priman en Ribera del Duero buscando una expresión más fresca de la tinto fino y maduraciones equilibradas. Micro terrenos que se encuentran en fincas como las de Moradillo, Roa, Peñaranda o Baños de Valdearados.La fuerzaLa fuerza de PVF reside en el equipo humano que está detrás de cada uno de los proyectos bodegueros. Liderados por Javier, enólogos, técnicos y personal de bodega trabajan cada día para que el resultado final, la botella de vino, sea un transmisor del origen y sepa expresar el intenso trabajo en el viñedo, la investigación y sobre todo, la pasión por conseguir vinos honestos y auténticos, asequibles, vinos convocación de guarda o más directos, pero siempre vinculados al territorio. El proyecto cuenta además con la colaboración dedos grandes personalidades mundiales del sector vitivinícola que acompañan al equipo en su trayectoria: Alberto Antonini y Pedro Parra. Antonini es un reputado enólogo italiano ,formado en la Universidad de Florencia (por laque es Doctor en Agricultura) y licenciado en enología por la Universidad de California Davis, con experiencia en grandes bodegas toscanas como Antinori o Frescobaldi y también involucrado en proyectos en el Nuevo Mundo. Antonini se ha implicado en PVF para aportar un plus de singularidad, buscar perfiles de vinos bebibles y entendibles, directos y conectados a la tierra. El enólogo apuesta por hacer vinos que transmitan los lugares de los que proceden, por encima de productos comerciales: “Nuestra misión es entregar al consumidor la expresión de cómo la uva de un gran terruño genera vinos de mucho interés”, comenta el italiano. Nada de excesos ni maquillajes, simplemente la más sincera interpretación de los mejores terruños dela propiedad: “Buscamos la textura, la combinación mágica de tierra, clima y variedad que arroja finura, energía y vitalidad en nuestros vinos”, añade. Se persigue una tipicidad bien entendida, autenticidad y honestidad con el fruto que dan los diferentes territorios donde se instalan las bodegas. Pedro Parra es uno de los mayores expertos del mundo en terroir, que se autodenomina “terroirista”. Formado en Francia y con un Master en Agricultura de Precisión, se ocupa de estudiar los suelos y conectar a los vinos con sus raíces en países como Chile (su tierra natal),Argentina o Italia. Su amistad con Alberto Antonini ha fraguado también una estrecha colaboración, en la que ambos conforman un equipo perfecto, capaz de extraer lo mejor que un terreno vitivinícola puede dar. Parra realiza un examen exhaustivo de las fincas e identifica aquellas mejor dotadas para elaborar vinos únicos y auténticos, que muestren la tipicidad de la región entendida como el mensaje del territorio, no como aquello que todo el mundo hace en una determinada zona.Las bodegasLa obsesión por el territorio se materializa en lastres bodegas, dos regiones donde se practica unaviticultura sostenible y libre de pesticidas y herbicidas y donde la vocación por los vinos vinculados al origen es el centro de todo. Trus fue la primera experiencia vitivinícola de Javier, un proyecto llamado a jugar en las mejores categorías del vino español. Para ello, se ha intensificado el trabajo de búsqueda de viñedos privilegiados en zonas altas y frescas, buscando elaborar vinos de la Ribera del Duero que conecten territorio y textura, vinos bebibles pero no exentos de una atractiva complejidad. Terrenos como Moradillo de Roa, La Horra, Baños, Peñaranda, Nava de Roa, Piñel o Pesquera de Duero son la materia prima de unos vinos que expresen la mejor versión de la Ribera del Duero en clave de fineza y textura. Nivarius es una bodega singular y única de Rioja, que solo elabora blancos en una tierra más conocida por sus tintos. Aquí son las variedades autóctonas como la maturana, la viura, la garnacha blanca o la tempranillo blanco y fincas seleccionadas en las cercanías de la Sierra de la Demanda (territorio poco explorado para la elaboración de vinos que se beneficia de una altitud entre 700 y 800 metros y un clima extremo que propicia la frescura) lo que configura un proyecto inusual destinado a lograr grandes vinos de guarda. Siguiendo la misma filosofía de buscar territorios singulares, en Nivarius se persigue la mejor interpretación del potencial delas blancas riojanas situadas en zonas altas y frescas. Proelio es la bodega de tintos riojanos. Con una filosofía centrada en la búsqueda de fincas que preserven la diversidad del patrimonio vitícola de Rioja y permitan elaborar vinos auténticos y honestos, directos mensajeros de la expresión del terreno. En Proelio se han localizado viñedos en altura y territorios capaces de ofrecer una radiografía de las diferentes zonas de Rioja, fincas superdotadas de las que extraer una expresión única, canalizada en variedades tradicional es como la tempranillo, la garnacha o la graciano. Los vinos
La gama tiene en los vinos de finca su mayor activo, aquello que les hace diferentes, aunque también, y siguiendo la misma filosofía de elaboración, el catálogo de PVF cuenta con gamas clásicas de vinos elegantes y honestos con el territorio. Los Vinos de Finca dan sentido al trabajo, son el fin último de su filosofía volcada en el terreno. Cada vino es fruto de una elección minuciosa de territorios diferentes, con características únicas, que merecen ser embotellados aparte, sin interferencias, para mostrar un mensaje claro de un origen preciso que se transmite a la copa.