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¿Cuál es la diferencia entre orgánico, eco y bio?

Fecha Publicación Web: 26 de enero de 2020

Etiquetas con las abreviaturas “bio”, “eco” o “de producción orgánica”, son cada vez más comunes en cualquier supermercado, sin embargo, la mayoría de los consumidores desconoce las características a las que aluden. Sin olvidar que estos términos solo hablan de cómo han sido tratados los alimentos, pero no de su calidad nutricional, según Hispacoop, Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios, las diferencias esenciales son las siguientes:

Bio: no tienen ningún componente que haya sido manipulado genéticamente, como puede ocurrir con algunas frutas y verduras cuyas semillas pasan por laboratorios para mejorar su color, volumen o duración. Sin embargo, esto no significa que no se hayan usado pesticidas para su cultivo.

Orgánico: en este caso se garantiza que no se ha utilizado ningún elemento químico que optimice su desarrollo, es decir, no se han aplicado pesticidas, ni fertilizantes, únicamente productos 100% naturales. Sin embargo, sí podrían haber sido modificados genéticamente.

Eco: es el procedimiento más completo de los tres, pues dedica un cuidado exhaustivo a todas las etapas de producción y respeto por el ecosistema donde se lleva a cabo. Esto alimentos, ni ha sido modificados genéticamente ni se han utilizado pesticidas o fertilizantes en el cultivo o explotación.

La Unión Europea, sin embargo, no hace estas diferencias, pero sí va subiendo el listón con respecto a este tipo de producciones. Aprobó su primera legislación en 2007, desde entonces, se han añadido varios reglamentos, el último en 2018, que matizan y acotan las características de los alimentos que pueden ser etiquetados con la llamada “Eurohoja”. Esta etiqueta es emitida por un organismo responsable de control y certificación que en España es competencia de las Comunidades Autónomas. A grandes rasgos, para ostentar la etiqueta verde, los alimentos deben cumplir los siguientes requisitos: no usar fertilizantes, no haber sido modificados genéticamente, practicar la rotación de cultivos, garantizar un impacto ecológico mínimo, y, en el caso de animales, el uso de antibióticos está altamente restringido.