Pensar en Ysios es visualizar el precioso, impresionante y moderno edificio diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava a los pies de la Sierra de Cantabria cuyo ondulante perfil parece fundirse con los montes cercanos. Madera, metal y cristal, se unen en envolventes formas cóncavas y convexas, en este singular edificio que, además de ser una eficaz bodega, invita al enotursimo y al esparcimiento en su wine bar. Todo en Ysios, el edificio, la forma de tratar el viñedo, de elaborar sus vinos y de cuidar a sus adeptos y visitantes, equilibra conceptos aparentemente opuestos, según ellos mismos explican este oxímoron; naturaleza y arquitectura, tradición y vanguardia, vino e innovación. Nadie diría que un concepto tan moderno le robó el nombre a una cultura milenaria, el resultado de unir a Isis con su mari do Osiris, ella, que era la diosa de la agricultura, se ocupaba además de proteger y cuidar el proceso de transformación de la uva en vino.
Carácter distintivo
“Nuestra mentalidad de vanguardia honra las tradiciones de la región y nos permite descubrir nuevas posibilidades y ampliar los límites de lo convencional. Nuestro objetivo es producir vinos honestos que reflejen su procedencia, con un enfoque en las características distintivas propias de cada parcela, pues tenemos la responsabilidad de continuar el trabajo de generaciones de viticultores que conformaron la identidad de cada uno de nuestros viñedos viejos”. Así explica Clara Canals, enóloga de esta bodega perteneciente al grupo Pernod Ricard Winemakers Spain, cómo lidera este proyecto desde su defensa apasionada del carácter distintivo de la Rioja Alavesa. Cuidando al detalle las 40 hectáreas de vid repartidas en 52 parcelas, lo que da idea de lo atomizado que está el viñedo en esta zona cercana a Laguardia, donde la mayoría es viejo, de más de 35 años, plantado en vaso bajo suelos predominantemente arcillo-calcáreos poco fértiles.
Una añada excepcional
Ysios Selección 2016 es la punta de lanza de la marca, su referencia más vendida, no en vano refleja a la perfección el objetivo de la bodega, pues se elabora con una selección de tempranillo procedente de diferentes pequeñas parcelas cultivadas en secano y gestionadas por viticultores locales junto con el equipo de la bodega. En concreto esta añada de 2016 se caracterizó por un invierno agradable y suave y un verano estable, con ausencia de lluvias y buenas temperaturas, dando lugar a una maduración lenta. El salto de temperatura día-noche marcó una de las mejores añadas de Ysios con bajos rendimientos que dieron lugar a uvas con una acidez natural muy alta y taninos bien maduros. Una crianza mínima de 12 meses en barrica francesa y el saber hacer de Clara junto a su equipo enológico, hicieron el resto, dando como resultado un vino gustoso y amplio que guardado en óptimas condiciones se podrá disfrutar hasta 2037.