Bodegas Martín Códax nació como cooperativa vinícola en 1985 gracias al espíritu visionario y emprendedor de 50 familias de la zona basadas en la creencia de que la unión hace la fuerza. La producción de todos sus minifundios junto con la profesionalización del sector, han dado como resultado, casi 40 años después, una de las bodegas más sólidas de la región, emblema de los vinos gallegos tanto a nivel nacional como internacional, con presencia en más de 50 países en todo el mundo. Ubicada en Cambados, la cooperativa ha ido creciendo y evolucionando dirigida siempre a su gente, su tierra y su cultura. La bodega cuenta en la actualidad con 6 centros de producción propia y está presente en 7 zonas productoras de España, entre ellas Rías Baixas, Bierzo y Monterrei, basa este crecimiento en una constante modernización gracias a la continua inversión en I+D+i y la sostenibilidad.
Complejidad experimental
Martín Codax Lías 2019 se elabora con el fruto de la parcela Pé Redon do, una de las más grandes del Valle de Salnés, cuyos viñedos utiliza la bodega para la investigación con el fin de profundizar en el conocimiento de la albariño y mejorar así la calidad de sus vinos. Se realizaron vendimias manuales en cajas de 20 kg que, tras una refrigeración de 48 horas, se prensaron a baja presión para obtener el mejor mosto posible. Después de la fermentación alcohólica y el trasiego, comienzan los trabajos de removido de las lías que duran entre 6 y 7 meses para posteriormente dejarlo reposar y terminar con una crianza en botella de al menos 6 meses. Al remover las lías se favorece la cesión de distintos compuestos que mejoran la sensación grasa en el vino, como su volumen en boca, su amplitud y redondez. El resultado es un vino complejo y elegante con un gran potencial de envejecimiento.
Tierra adentro
Mara Moura Godello 2020 se elaboró a partir de una selección de viñedos de altura de la, cada vez más apreciada, variedad godello de la DO Monterrei. Un verano fresco propició una alta intensidad aromática y una gran tipicidad en la casi tonelada de uvas que estas bodegas recogieron en la región vinícola del sur de Orense. Para este particular vino se decantaron por una fermentación alcohólica a baja temperatura y la técnica de batônage –removido con una especie de bastones– dos veces por semana para mantener las lías en suspensión, y conseguir la untuosidad y complejidad deseadas. Para potenciar las sensaciones aromáticas, se incorporó un pequeño porcentaje de treixadura que aporta notas florales y minerales. El resultado es un vino fresco, con nervio y gran capacidad de guarda, en el que destaca la tipicidad del varietal.